viernes, 1 de abril de 2011

Fotografía urbana



Se que muchos pensaréis que no es más que una simple fotografía. Bueno, yo añadiría que nada más y nada menos que una fotografía, y eso ya es mucho.

Pero a donde quiero ir es a la temática en sí. Una fotografía urbana, callejera, o como os guste llamarla, tiene un lenguaje propio, el lenguaje de la ciudad. Es necesario conocer su pulso, la intensidad que muestra. Requiere conocer o al menos reconocer previamente el lugar, buscar el mejor ángulo, el encuadre óptimo. Muchas veces enfatizar la toma con el punto de vista, tirándote por los suelos si es preciso, o buscando un punto elevado. En otras ocasiones es una paciente espera, aguardar a que suceda lo que intuyes que puede suceder en ese lugar concreto. Y a menudo, medir, encuadrar y apretar el obturador con demasiada rapidez, permaneciendo dentro de la escena.
En realidad el motivo es amplio y con muchas posibilidades: “todo lo que sucede en la ciudad”, observo, observo, observo y fotografío.
Luego, en el revelado, últimamente me inclino por el B&W, le estoy cogiendo una querencia muy especial. Lo encuentro más directo, más objetivo y me permite mayor experimentación: forzar las luces, descubrir toda la gama de grises o saturar las sombras. Es muy gratificante.

El resultado es una toma sencilla, donde el juego de contrastes hace cobrar vida, de nuevo, a la escena, donde se descubren miradas, reflejos, detalles, siempre detalles ...

P.D. Algunos me habéis preguntado por la preparación de la fotografía de mi anterior entrada. Tengo que confesarlo; si, efectivamente, tuve ayuda. Unas piernas me compusieron la escena y sirvieron para ofrecer una referencia de proporciones respecto al graffiti. Esperar a que pasase alguien por allí hubiera sido otra opción.

Lugar de la toma: Madrid. Marzo 2011.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.