martes, 24 de noviembre de 2015

La bajada al puerto

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Apenas 5 grados sobre cero, cae el sol y el viento ha cesado. Ushuaia me brinda un paisaje un tanto insólito: entre el color y lo destartalado; entre calles que apenas se abren espacio en medio de la naturaleza y las tiendas de moda. El urbanismo brilla por su ausencia, o tal vez tendría que decir que se trata de un urbanismo espontáneo y diverso, fruto de una colonización tal vez en exceso apresurada. Y aunque la impresión que me devuelve es de una ciudad eternamente provisional, sin embargo la siento capaz de acoger, con calor, al viajero que para en esas latitudes.