Hay pinturas urbanas que por sí solas ya representan todo un enigma, complicado de resolver pero siempre interesante.
Hay pinturas urbanas que por sí solas ya representan todo un enigma, complicado de resolver pero siempre interesante.
Paredes que son color, muros que cambian su fisionomía por una acción reiterada y espontánea. El resultado no se busca, no se espera. La dinámica de lo inmediato de un fragmento de publicidad, da como resultado un cierto caos de formas y colores. Códigos de dudosa claridad y en cualquier caso prácticamente ininteligibles para el transeúnte apresurado. Analizar la composición, buscar lo diferenciador, enfocar un detalle que permite preguntas. Fotografiar.
Dividir equivale a repartir un objeto en varias partes. Las partes son menores que el todo y el resultado, en ciertas ocasiones, puede dar lugar a sorpresas, curiosidades o motivos que pueden llegar a despertar cierto interés. Fotografiar es algo parecido a dividir, una vez que seleccionamos estamos fraccionando la imagen, buscamos las proporciones, las partes y descomponemos el todo para ofrecer nuestra visión de esa realidad, una realidad que ya no es completa pero quizás más compleja e interesante.
No está de más fotografiar aquellos elementos que algún día nos pueden ayudar a superar algún pequeño bache mañanero. ¿La fotografía como manual de autoayuda?. Tampoco creo que sea para tanto, pero tomar una instantánea de lo que parece ser un pequeño hallazgo puede servir para descontextualizar y dotarlo de otro significado. Quizás.