jueves, 4 de noviembre de 2010

En el interior del Lago: los Urus



Lo que si forma parte de la historia es la expansión del imperio Inca por gran parte del Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y el nort-oeste de Argentina.

Cuando los Incas llegan a orillas del lago Titicaca, algunos pueblos huyen para evitar ser sometidos. Entre ellos los Urus que navegaron lago adentro, estableciéndose en el interior, donde su gran capacidad de adaptación fue crucial para sobrevivir en un medio más inhóspito si cabe.  Construyeron sus propias islas flotantes utilizando la totora, especie de junco, y barro del fondo del lago. Y así el Titicaca, al que veneraban casi como a un dios, les proporcionó su nuevo medio de subsistencia, algo que unió más a este pueblo con sus aguas oscuras y frías.

Los desplazamientos a tierra firme eran casi innecesarios. La llegada de los conquistadores españoles no alteró su forma de vida. Apenas ofrecía interés un pueblo que habitaba en el interior del lago sobre unas islas de paja.

En la actualidad los Urus se aferran a su cultura y tradiciones, como única manera de conservar sus raíces, firmes en el mismísimo fondo del lago. Su vida sigue desarrollándose en las islas flotantes, donde cuentan con escuelas, centros de salud y comodidades propias de tiempos actuales. Algunas islas apenas reciben visitantes de tierra firme, otras se han visto obligadas ha cambiar su fuente habitual de ingresos (pesca y artesanía), por un incipiente turismo, confiando en que éste les permita adaptarse a una nueva época que demanda cambios voraces y que no respeta modos de vida autóctonos. Quien sabe si de este modo evitarán que los jóvenes abandonen las islas, buscando fortuna fuera del lago, tierra adentro.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.