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Como narraba el replicante de “Blade Runner” antes de palmarla ante un Rick Deckard atónito: os puedo asegurar que yo he visto lugares donde te podías acercar y realizar algunas fotografías sin que se interpusieron de por medio cientos de turistas del Selfie y el consumo voraz. Lugares que visitaba sin agobios y sin prisas, sin estruendos ni barullos, sin olores a todo tipo de comidas ni personal gritándome a dos palmos de mis orejas. Todo eso ya se ha perdido como lágrimas en la lluvia. Ya digo, cual replicante. ¿Acaso yo no era (o no soy) turista?, claro, por descontado que soy turista. Siempre soy turista en tierra ajena. Lo que no soy es borrego. El caso es que recuperando algunas tomas que me supieron a gloria el realizarlas en su preciso momento, me encuentro con este altar bañado por una luz especial, pura sinfonía de sensaciones. Se trata del altar en la basílica de Santa María in Cosmedin, junto a la Boca de la Verdad en Roma, ciudad que he podido disfrutar en varias ocasiones y que según me dicen amigos que han viajado recientemente allí, es otra de las ciudades ya imposibles, tomadas por la muchedumbre y las prisas por consumir.
Simple y sencillamente, impresionante Ángel. Que emoción, que sensación de soledad, de paz, de silencio transmite esta foto. Que placer poder disfrutar o haber disfrutado en algún momento de espacios como ese de la foto.
ResponderEliminarAsí es Luis, y cada vez quedan menos lugares así. Un abrazo
EliminarAunque en tu ciudad tome fotografías. En los viajes te dedicas más a los reportajes fotográficos.
ResponderEliminarSaludos.
Es lo normal. Un abrazo
EliminarAbsolutamente de acuerdo, se puede ser turista/visitante/viajero... pero no borrego, y lamentablemente esto es lo que abunda mas. Y en todas partes pasa lo mismo, he visto imagenes recientes de Nápoles y no se de donde sale tanta gente, y pensar que hace casi veinte años visité la ciudad y sus alrededores casi en solitario....
ResponderEliminarEsta iglesia romana es una maravilla (como casi todo lo que hay en Roma) y la última vez que estuve, hace 13 años empezaba el turisteo sin escrúpulos y las fotos en la Bocca de la Veritá ya generaban colas... ahora debe ser imposible!
Un fuerte abrazo Ángel
Pues supongo por lo que me han contado. Yo he estado en cuatro ocasiones pero de la última ya hace bastante tiempo y efectivamente había demasiada gente. Un abrazo
EliminarPor eso mismo, entre otras circunstancias, ya no viajo...
ResponderEliminarUn lujo de luz, efectivamente.
Aferradetes, Ángel.
A mi me sucede igual, cada vez viajo menos. Un abrazo
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