__
Mejor no decir nada, mejor olvidarme de las excusas y las justificaciones. No puedo evitarlo, es sentarme en la mesa de un bar o de un café y sucumbir al impulso irrefrenable de tomar alguna instantánea. Y ya me da igual si llevo una u otra cámara porque en caso contrario ahí está el móvil para tentarme. Y lo reconozco, soy débil, no tengo la fuerza de voluntad suficiente para ofrecer una pizca de resistencia. Al menos esta página me brinda la posibilidad del desahogo, que no es poco.
Es lo que tiene esta afición ... se plasma la realidad de un instante que no volverá a repetirse. Es tu realidad. Si te sirve de consuelo no te pasa a ti solo. Los bares tienen su encanto.
ResponderEliminarabrazo
Ángel, yo creo que ese es un impulso que compartimos muchos aficionados a la fotografía, porque la espontaneidad de las capturas suele ser incomparable. La diferencia es que unos os atrevéis y otros no tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.