Que la vida no trata a todos por igual es un hecho, yo diría que ampliamente demostrado. De estas desigualdades ni los gemelos se libran. Las decisiones que se toman, las propias convicciones, la capacidad de cada cual de aprender de los errores o aciertos y claro, las circunstancias externas, esas peculiaridades que suceden a lo largo del tiempo y tienen por fea costumbre marcarnos con fiereza. Nadie se libra, ni persona ni animal ni objeto.
¡Pues sí, nadie se salva!.
ResponderEliminarPodríamos jugar, con tu foto, al juego de las siete diferencias.
Aferradetes.
Jajajaja, no se me había ocurrido!
EliminarLa diferencia está, en el estado de abandono en que una se encuentra y lo bien cuidada que está la otra. Dos gemelos idénticos, si se educan en ambientes diferentes, sería evidente también su diferencia.
ResponderEliminarAsí es, un abrazo
EliminarMagnífica foto que sirve para constatar esas diferéncias a las que aludes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
Un abrazo Josep
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