sábado, 3 de enero de 2009

El sol escapaba por la esquina de la calle




Dejé la taza de café sobre la mesa. De un respingo agarré la cámara, y sin mediar palabra salí corriendo del local. Crucé la calle sin mirar, sin apartar la vista de aquel a quién perseguía. No esquivé ningún vehículo, ellos lo hicieron por mí. Llegué hasta el final de la manzana, era una calle estrecha, allí estaba deslizándose por la esquina, al final del último edificio. Fue instintivo, tan sólo percibí el sonido rítmico, maravillosa música, del obturador de mi cámara. ¡Lo había conseguido!, justo frente a una fachada de lo que parecía un edificio abandonado. El esfuerzo había merecido la pena.

Tendría que dar una explicación a los que dejé en el café.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 26 mm. Diafragma f/4,5. Velocidad de obturación 1/80s. Sensibilidad ISO 100.