jueves, 25 de noviembre de 2010

Un Camino de montaña



En un Trekking se cuenta con porteadores. Ellos se encargan de cargar con las tiendas, utensilios de cocina, comida, ... Conseguí reducir el peso de la mochila a unos 10 kilos, incluido el equipo fotográfico. Y aún así las subidas se hacían interminables. Disfrutas del paisaje, disfrutas de los restos arqueológicos que se diseminan a lo largo de toda la ruta, de la mezcla tan especial, mitad leyenda mitad historia, que se respira en el camino, disfrutas de la compañía, incluso disfrutas del esfuerzo, pero el cansancio que se acumula al final del día es tremendo, agotador. No hay concesiones. Intenso frío de madrugada, viento helado en los collados, sol abrasador, polvoriento siempre el camino. El segundo día es cuando más gente lo deja. Vuelven hacia atrás, al punto de partida, demasiado esfuerzo tal vez, y te cruzas con ellos, y lo piensas... tal vez mañana.
Venga, el último repecho!, sólo quedan tres horas para llegar al campamento.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.




lunes, 22 de noviembre de 2010

Iniciar un nuevo camino








Un buen día decidimos dejar atrás Cuzco. Abandonar las comodidades (que rápido nos acostumbramos a ellas) y volver ha cargar con la mochila, la cámara y la ilusión de lo desconocido. Oímos hablar de las rutas que serpenteando entre las montañas llegaban al Machu Pichu, la ciudad perdida, el lugar sagrado que permaneció oculto para los conquistadores españoles, un mito hecho realidad. Tanto habíamos leído y oído sobre esas rutas, que decidimos embarcarnos en un Trekking que durante 4 días nos adentraría en el corazón de los Andes hasta llevarnos a la Puerta del Sol, la antigua entrada que utilizaban los Incas para acceder al santuario.
La ruta se presentaba dura, con desniveles que alcanzaban los 1200 metros y ascensiones a collados de 4200 metros. Intenso frío en las primeras noches y suavizándose la temperatura según abandonábamos el clima altiplánico y nos adentrábamos en la selva.
La aventura, de nuevo, estaba servida.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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sábado, 20 de noviembre de 2010

Felicidad, qué bonito nombre tienes.



Un 90% de los españoles se consideran felices, ligeramente por encima de la media del resto de los europeos, según afirman distintos organismos que se encargan de  medir estos niveles. Bueno incluso existe el instituto Coca-Cola de la felicidad, ya sabéis, “la chispa de la vida”, encargado de hacernos aún más felices si cabe.
Me pregunto quien de los encuestados diría que es infeliz. Ese 10% oscuro y gris, infeliz del todo, qué valor confesarlo: “yo soy infeliz”, ¡toma ya!, con lo bien que marchaba la encuesta.
Pero quién en una encuesta de una rimbombante agencia europea, tiene las napias de reconocer que es infeliz. La felicidad es un medio de autodefensa natural contra las agresiones externas. Todos somos felices, de echo es más fácil retener los episodios de felicidad que las angustias pasadas.

Pero amigos míos, por más que lo intento me es imposible ser feliz cuando ojeo el periódico, noticia tras noticia, qué si los putos mercados, la necesidad de más ajustes, los despropósitos de los políticos, que si el Gürtel, las animadas elecciones catalanas con vídeo juegos y todo... estos últimos días acuso una mezcla preocupante de infelicidad, ira y bochorno ante la penúltima agresión al pueblo saharaui. Desde este humilde blog quiero expresarles todo mi apoyo y solidaridad.

Y es que estoy seguro que el pueblo saharaui también es feliz. A la vez que felices son las gentes de Cuzco. Me sorprendió comprobar como cada fin de semana hay una festividad que celebrar, con desfiles, procesiones y demás parafernalia. Las noches se transforman, entre fuegos, griterío y música, en alegría y aparente diversión.

Y ante tanta felicidad y bienestar personal, ¿qué sentido tiene la protesta?. Ninguno. ¿Qué sentido tiene transformar una realidad social en la que nos sentimos felices?. Ninguno, claro. Igual hemos alcanzado “un mundo feliz”, la utopía. Y yo sin darme cuenta.


Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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martes, 16 de noviembre de 2010

Imperfectas razones





 Porque las ciudades no sólo se hacen de piedra y ladrillo.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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domingo, 14 de noviembre de 2010

Cuzco



Entramos a Cuzco por los arrabales, por una periferia que se me antoja enorme y deprimida, sin nada que ofrecer al viajero, salvo el panorama desolador de las desigualdades sociales. Antes, Cuzco, “el Ombligo del Mundo”,  hoy un centro de turismo de gran importancia económica para el Perú. No es un reproche, ni tan siquiera una justificación, tan sólo una dolorosa realidad.

Su zona centro es rica y noble: palacios, iglesias, casas gubernamentales, la plaza de armas con su imponente catedral, y una suerte de calles que trepan, de manera sinuosa, entre las colinas que rodean la ciudad. Y es por estas calles donde corre la vida como una serpiente enroscada, entre cada piedra, cada soportal y cada plaza, vomitando con las primeras horas de luz, trabajadores, vendedores, comerciantes, buscavidas, mendigos, ... gentes que conforman el abanico multicolor de esta ciudad de pulso inquieto.

Lo que antes fueron signos del esplendor de un pueblo que se expansionó por medio continente, hoy lo son del paso de los conquistadores españoles, conformando construcciones del barroco colonial con las mismas piedras que habían alzado los templos, torres, murallas y enterramientos Incas.

En algunas cosas, hemos cambiado muy poco.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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viernes, 12 de noviembre de 2010

Tres cruces




Cruzar la Raya, el límite entre Puno y Cuzco, supone dejar atrás, poco a poco, el Altiplano. La carretera polvorienta que se adentra en el interior del Perú, descendiendo con suavidad, nos descubre un paisaje diferente. El intenso frío del norte de Chile y Bolivia dejó paso en el Titicaca, a días más soleados y llevaderos. Durante el trayecto por el Valle Sagrado hacia Cuzco, estas sensaciones serían más evidentes. Las paradas son cortas, el tiempo justo para estirar las piernas paseando por la soleada plaza de algún pueblo o descubrir un yacimiento inca. La sensación de que algo se queda atrás, en el camino, es intensa.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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martes, 9 de noviembre de 2010

Límites




Límites a la necesidad, al derecho lógico de cualquier ser humano, límites establecidos, impuestos, que seguimos y mantenemos inconscientes de lo que dejamos a nuestro paso. Límites que nos impiden conocer y colorear el futuro de optimismo.
Límites.
Nos encontramos camino de Cuzco

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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domingo, 7 de noviembre de 2010

Las últimas islas



Taquile y Amantani son vestigios de otra época, de una cultura inca que a duras penas sobrevive a los tiempos modernos. Sus habitante mantienen una lucha contra el reloj de la “modernidad” y el “progreso”, resistiéndose a perecer como etnia, como cultura, como modo de vida.

Es un placer visitar estos lugares, disfrutar con sus gentes, y sentir que la vida del día a día puede tener otro pulso distinto y enriquecedor.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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jueves, 4 de noviembre de 2010

En el interior del Lago: los Urus



Lo que si forma parte de la historia es la expansión del imperio Inca por gran parte del Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y el nort-oeste de Argentina.

Cuando los Incas llegan a orillas del lago Titicaca, algunos pueblos huyen para evitar ser sometidos. Entre ellos los Urus que navegaron lago adentro, estableciéndose en el interior, donde su gran capacidad de adaptación fue crucial para sobrevivir en un medio más inhóspito si cabe.  Construyeron sus propias islas flotantes utilizando la totora, especie de junco, y barro del fondo del lago. Y así el Titicaca, al que veneraban casi como a un dios, les proporcionó su nuevo medio de subsistencia, algo que unió más a este pueblo con sus aguas oscuras y frías.

Los desplazamientos a tierra firme eran casi innecesarios. La llegada de los conquistadores españoles no alteró su forma de vida. Apenas ofrecía interés un pueblo que habitaba en el interior del lago sobre unas islas de paja.

En la actualidad los Urus se aferran a su cultura y tradiciones, como única manera de conservar sus raíces, firmes en el mismísimo fondo del lago. Su vida sigue desarrollándose en las islas flotantes, donde cuentan con escuelas, centros de salud y comodidades propias de tiempos actuales. Algunas islas apenas reciben visitantes de tierra firme, otras se han visto obligadas ha cambiar su fuente habitual de ingresos (pesca y artesanía), por un incipiente turismo, confiando en que éste les permita adaptarse a una nueva época que demanda cambios voraces y que no respeta modos de vida autóctonos. Quien sabe si de este modo evitarán que los jóvenes abandonen las islas, buscando fortuna fuera del lago, tierra adentro.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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martes, 2 de noviembre de 2010

En el interior del Lago



Cuenta la leyenda que el dios Sol, Inti, y la diosa Luna, Quilla, compartían un amor imposible debido a que nunca se podrían encontrar, pero existía una profecía que decía que un día ambos se amarían y de ese encuentro nacería un niño y una niña en el Lago Titicaca.

En dicho día la tierra se oscureció y Quilla se unió a Inti. De esa unión nació un hombre fuerte llamado Manco Cápac, junto a una doncella hermosísima, llamada Mama Ocllo.
Su padre, Inti, les ordenó: “llevadle, hijos míos, la luz del conocimiento a los hombres. Ilustradlos en la verdadera religión y dadles leyes, dadles orden, pues sin leyes ni orden no hay vida en la tierra”. Dicho esto les entregó una vara de oro, cuya función era señalarles un lugar fértil donde trabajar la tierra; esta vara se enterraría en el lugar donde fundarían su capital.

De este modo Manco Cápac y Mama Ocllo iniciaron su viaje, el cual duró meses y en cada lugar que el hijo de Inti le parecía adecuado, dejaba caer la vara, pero sin obtener un resultado satisfactorio. Continuaron su viaje hacia el norte del lago sagrado, a través del país de los urus, el país de los collas y el país de los aimaras, donde no recibía buena acogida en su pasar, puesto que no veían con buenos ojos a los hijos de Inti. Y así llegarón al valle del Cuzco, donde Manco Cápac dejó caer la vara de oro, enterrándose hasta casi desaparecer, por lo que el primer Inca funda la ciudad del Cuzco, el ombligo del mundo, en honor a los dioses.

Desde Cuzco el imperio Inca llegó a extenderse por buena parte de América del sur.

(Continuará ...)

(Publicidad: acabo de actualizar el blog: “durante el tránsito”)

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
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