Welcome to the winter light

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Sucumbo ante la luz de invierno, me atrae casi todo de ella, su gélida magia, sus proyecciones de sombras interminables, el revelado de texturas casi infinitas allí donde roza por un breve lapso. Todo en ella es alegre bondad pasajera, urgente, inestable, divina.  

La belleza de aquellos tiempos pasados

 

 

Voy a salto de mata, pero quizás de eso trate un diario fotográfico. Hoy festividad en la Comunidad de Madrid he pasado el día holgazaneando un rato. Tanto tiempo sin hacer nada más que contemplar la calle que me parece imposible, incluso he notado cierto remordimiento. Pasajero. Y por alguna extraña razón que no intento comprender, me vienen a la memoria las fotografías que tomé durante el invierno de 2015 en la Patagonia argentina. Busco en el archivo digital. Siempre es un pequeño placer volver sobre fotografías de grandes recuerdos. Selecciono una de tantas que no llegué a publicar. Creo que estas palabras de Jaroslav Seifert encajan perfectamente con la fotografía que he seleccionado: “… Si en este momento habéis oído un silencioso suspiro, no hagáis caso. Soy yo quien ha suspirado por la belleza de aquellos tiempos pasados, cuando éramos felices y no lo sabíamos”. 

Autorretrato con grifo

 

Donde la vista se pierde

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El perro

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La poderosa montaña

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Aquella casa en la colina

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Frente al lago Argentino

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Frente al lago Argentino, viendo caer la tarde de un día de invierno patagónico. Frío y viento intensos en la localidad de El Calafate. Los sentidos alerta, las sensaciones indescriptibles.

Donde muere el cielo y nace el mar

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Pertenece a la serie sobre la Patagonia Argentina, tomada en puerto Pirámides, en un atardecer de invierno.

Óxido de hierro

 

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Farolillos chinos en el bosque de lengas

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El fotógrafo y el glaciar

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Ahora que comienza a apretar el calor y por llevar un poco la contraria, recuerdos de la Patagonia argentina, tomada el invierno pasado.

Pasaron por allí

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El cielo sobre la tierra

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Sin renunciar a vivir

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“Cada uno sale de las tinieblas y vuelve a las tinieblas. Nadie vive para siempre, pero entre una tiniebla y otra, hay un poco de vino, unas cuantas flores, algún chiste, alguna que otra experiencia sexual interesante y alguna que otra conversación bella”.

Amos Oz.

A mis sobrinos: Emily y Emilio

Un año por descubrir

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Volver a ser un niño

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La inocencia de un niño, su juego sorteando los rayos de sol del atardecer, ilusión y también certeza de perseguir un sueño. Un sueño posible, necesario, imprescindible.

Volvamos a ser niños, persigamos ese sueño.

Disfrutad de estas fiestas, porqué no, como niños.

Cabeza de perro y zapatos

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Hacía tiempo que no publicaba una fotografía de esta serie, un tanto peculiar, sobre perros patagónicos. Una más.

La bajada al puerto

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Apenas 5 grados sobre cero, cae el sol y el viento ha cesado. Ushuaia me brinda un paisaje un tanto insólito: entre el color y lo destartalado; entre calles que apenas se abren espacio en medio de la naturaleza y las tiendas de moda. El urbanismo brilla por su ausencia, o tal vez tendría que decir que se trata de un urbanismo espontáneo y diverso, fruto de una colonización tal vez en exceso apresurada. Y aunque la impresión que me devuelve es de una ciudad eternamente provisional, sin embargo la siento capaz de acoger, con calor, al viajero que para en esas latitudes.

Infinito mar

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Atardecer en el Golfo Nuevo, península Valdés, desde Puerto Pirámides.
Dedicada a un amigo que hoy emprende viaje hacia tierras patagónicas, (el horizonte es tuyo, buen viaje).