La luz era perfecta. Aún así preferí esperar a que algún paseante atravesara la calle, demasiada soledad, pensé.
Fue en ese momento cuando un hombre llegó, aparcó la moto justo delante de mí y se alejó apresuradamente. Vi el momento que estaba esperando, medí la luz y tomé la fotografía.
No fue hasta un buen rato después, mientras revisaba la foto en la pantalla de la cámara, cuando vi caída junto a la rueda trasera, una libreta negra, no hay duda que se le cayó.
Pensé dejarla sobre el asiento de la moto, así cuando volviera la podría recoger.
El impulso fue casi primario, inconsciente. La abrí, ojeé entre sus páginas escritas y me detuve en la última anotación:
“Non potrò mai amare un'altra donna allo stesso modo”.
Dejé la libreta, seguí calle abajo, el sol parecía brillar más.
Lugar de la toma: Roma. Marzo 2010
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G. Focal 24 mm. Diafragma f/4,5. Obturación 1/200s. ISO 100.