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No hay mucho más que añadir. He dormido mal y la cabeza no me aguanta media reflexión coherente. La sensación de levedad me invade e imagino diluyéndome entre las conversaciones de gente anónima sentada en un café. No alcanzo a entender la conversación, tan solo me limito a observar. Floto moviéndome entre las mesas empujado suavemente por las corrientes de aire. Ahí fuera el mundo enloquece por momentos, se suceden las atrocidades, otra vez Palestina, siempre los desfavorecidos. Los poderosos se ríen en nuestra cara. El futuro es incierto.
Esas atrocidades están en boca de todos. ¡Ojalá, sirviera de algo!
ResponderEliminarEl joven parece, por su postura corporal, que no ve el futuro muy halagüeño.
Aferradetes, Ángel.
O igual está cansado de tanto deambular por la ciudad ;-) jjjjj
EliminarParece un tranquila y desenfadada conversación de café. Tienes razón, los poderosos siempre se ríen por eso nos adoctrinan y amaestran como si fuéramos ovejas de un rebaño. Se ríen y nosotros, beee.
ResponderEliminarUn abrazo
Se ríen, así es... Un abrazo Miguel
EliminarAbsolutamenmte de acuerdo con tu reflexión de principio a fin!
ResponderEliminarUn fuerte abrazpo Ángel
Un abrazo Josep
EliminarUn día de esos en los que despertarse y salir a la calle, leer los periódicos o ver el telediario es un error de principio a fin. Uno de esos estados de animo en que tal vez lo mejor sería bajar las persianas de las ventanas de casa, cerrar los ojos y escuchar cualquiera de los Nocturnos de Chopin. Uno de esos días que desgraciadamente se repiten cada vez con mayor frecuencia.
ResponderEliminarUn abrazo grande Ángel
Un dolor en toda regla Luis. Un abrazo
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