miércoles, 30 de septiembre de 2009

Ripleypremio. Mejor blog de fotografía Septiembre 2009




¿Algo que añadir?
Pues que estoy que no quepo de satisfacción.
Mi más sincero agradecimiento a Mister Ripley por el honor otorgado y por acordarse de uno.
Y, sinceramente, si este premio lo tengo que dedicar, creo que es de justicia dedicarlo y compartirlo con todos vosotros, queridos bloggeros, entre todos ampliamos un poquito cada día nuestros conocimientos sobre esta pasión que es la fotografía.
Por vosotros.

martes, 29 de septiembre de 2009

Larga exposición



No suelo retocar demasiado las fotografías, tan sólo subir el contraste con las curvas y saturar algo el color. Eso sí, el color me gusta vivo, intenso y luminoso.
A lo que sí dedico tiempo es a la propia toma fotográfica, especialmente a las largas exposiciones. Esos tiempos prolongados donde el obturador permanece abierto y la luz dibuja sus formas, imposibles, sedosas, en el sensor de la cámara.

Un grupo de gente que deambula en torno a un espacio determinado, es la situación perfecta para atrapar en imágenes sus estelas. Despreocupados reflejos del tiempo al que, en contadas ocasiones, valoramos suficientemente, y sin embargo dice mucho de nuestro paso, de nuestro breve lapso de protagonismo.

Me pregunto si acaso somos conscientes de ese protagonismo, de la fuerza que lo sustenta o que se oculta, diluida, a la espera. De una fuerza capaz de alzar la voz para decir basta, siempre que ha sido necesario. Siempre que la Historia nos ha demandado ese protagonismo, nuestra voz se ha transformado en una sola, en un grito unánime, consciente, refrescante, revolucionario.

Observo el resultado de una larga exposición y descubro estelas, historia de lo que una vez fuimos, en un lugar y en un momento concretos. Ahogo un gemido, ¿se oirá un grito de rabia desde un blog?.

Para ver la imagen a pantalla completa, haz clic sobre ella.
Nikon D200. Objetivo 12-24 f/4G. Focal 17 mm. Diafragma f/5. Obturación 1/1,3s. ISO 100.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Rastrillos




EL barrio de San Telmo en Buenos Aires, es el lugar perfecto para dejar correr el tiempo mientras se visitan sus mercados, rastrillo y tiendas de antigüedades.
Sin prisa, pausadamente, admirando cada cesta cargada de libros, discos y fotos antiguas; cada escaparate, repleto de todo tipo de objetos protagonistas de épocas pasadas, hoy tan sólo el resultado de un satisfactorio trueque; cada tienda, donde el espacio es único, el ambiente está cargado de recuerdos y los paseantes rebuscamos despreocupados, algo singular, acaso un pedazo de la ciudad, en forma de tarjeta postal tal vez.

Para ver la imagen a pantalla completa, haz clic sobre ella.
Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G. Focal 14 mm. ISO 320.


martes, 22 de septiembre de 2009

Buscando el mensaje



Demasiada gente, sólo gente, tanta gente. Pasan, miran, deambulan, consumen, ávidos de contenidos huecos, de grandilocuentes mensajes vacíos, de tecnología puntera, ceros y unos, al servicio de una ¿nueva? estética. Tendencias, modernidad, plasticidad, nadie entiende, pocos comprenden el sentido, algunos interpretan el mensaje. ¿Mensaje?, ¿qué mensaje?, ¿qué contenido?. Formas, colores, luz y sonido al servicio de la estética. ¡Ah!, ¡que sólo es un divertimento!, un juego, un guiño buscando la complicidad. ¿La complicidad con qué?. ¿Con su pose de divo, acaso?. Nosotros aquí, disfrutando de su creación, consumiendo su creación, aplaudiendo su creación, pero sin entenderla, sin comprenderla. Nosotros aquí, alejados de la creación, tan sólo nos permiten su voraz consumo. Gente, mucha gente, sólo gente, tanta gente. Disparo.

Tal vez no haya sabido formular las preguntas adecuadas.

Nikon D200. Objetivo 12-24 f/4G. Focal 14 mm. Diafragma f/14. Obturación 1/1,6s. ISO 200. Flash.

domingo, 20 de septiembre de 2009

La Noche en Blanco



Es un evento cultural multidisciplinar donde, durante la pasada noche del sábado a la madrugada del domingo, el arte y la cultura salen a las calles del centro de Madrid, abriendo museos, salas, teatros, donde se ofrecen perfomances, mimos, música, iluminación, vídeo-arte, ... las calles se llenan de gentes y todos disfrutan de una larga noche de arte y cultura.

Esto vendría a ser una definición, más o menos oficial.

Ahora escribiendo este post, me cuesta dar una opinión sobre La Noche en Blanco. No quiero ser malinterpretado, pero creedme si os digo, que tamaño despropósito y tomadura de pelo, hacía tiempo que no veía. Además con éxito multitudinario y reincidente, pues se viene repitiendo en los últimos años.

Igual el rarito soy yo.

Nikon D200. Objetivo 12-24 f/4G. Focal 14 mm. Diafragma f/7,1. Obturación 1/1,3s. ISO 200.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Mis recuerdos



De nuevo cruzábamos la pista de acceso al Parque de las Torres del Paine, esta vez de regreso, dirección El Calafate. Amanecía en las interminables llanuras patagónicas, y admirando el paisaje, me veía incapaz de contener la melancolía y cierto atisbo de tristeza. Mirando por la ventana del bus, con la vista perdida y los recuerdos, revoltosos, jugueteando entre mis pensamientos, los últimos días pasaban delante de mí como flashback, nítidos y precisos.

Al día siguiente cogeríamos un vuelo dirección Buenos Aires. Al final dejaríamos atrás el Gran Sur, La Patagonia y Tierra de Fuego. 20 días muy intensos, llenos de emociones y buenas sensaciones.
Se que voy ha volver. Si tenéis la oportunidad de visitar esta parte del mundo, igualmente sabréis que volveréis. Es así de sencillo, engancha.

Seguiré subiendo fotografías de estos lugares, ya de una manera alterna, más que nada por dar por finalizada la serie. También os contaré, a través de imágenes, mis impresiones sobre Buenos Aires. Ahora os dejo con uno de mis últimos recuerdos del viaje. Gracias por seguirme todos estos días.

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G. Focal 34 mm. Diafragma f/5. Obturación 1/200s. ISO 100.

martes, 15 de septiembre de 2009

Pumas









-
Rodilla en tierra, sujetando firmemente la cámara, con el 70-200 montado y el enfoque manual seleccionado, tan sólo quedaba fotografiar.

Uno de los pumas salió entre los matorrales y se perdió siguiendo el curso del río. El otro, trepó rápidamente hacia una suerte de cueva. Allí permaneció un buen rato, observándonos. Finalmente continuó ladera abajo, hasta perderlo de vista.

Hay momentos que no los pagan ni los de la “mastercard” esa.

Nikon D200. Objetivo 70-200 f/2,8G. ISO 400.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Seguimos las huellas?




Muchas veces me he planteado, ¿para que narices cargo con todo el equipo fotográfico cuando salgo a andar por la montaña?. Cristales, filtros, tarjetas, baterías (tres mejor que dos), que si el disparador, ... esa tarde tuve la respuesta, no sólo eso, me arrepentí de no cargar con el trípode: quita, quita, otro trasto más, me dije. Y allí lo dejé.

Comenzamos ha caminar sobre las 3 de la tarde. En un principio nuestro guía (Pedro, un gran tipo) nos propuso tomar un sendero que llevaba hasta una laguna cercana. Nos pareció bien y comenzamos el treck, charlando e intercambiando anécdotas. Al poco rato observamos unas huellas frescas en la nieve.

- Es muy difícil ver un Puma, pero si les parece podemos intentar seguir las huellas.

Nos pareció una idea estupenda, y de este modo comenzamos a seguir el rastro.

Seguimos las huellas cerca de una hora. La verdad es que era sencillo, la nieve recién caída era un mapa perfecto, lleno de señales. Y así cruzamos riachuelos, siempre montaña arriba, charlando de esto y aquello, en especial sobre las costumbres de los animales en el Parque. En un principio era un sólo puma, al poco rato observamos más huellas, dos, tal vez tres, uno de ellos parecía más grande. Poco a poco la tarde iba pasando, la nieve había dejado de caer, habíamos entrado en calor con la caminata y a mí, esto de hacer de naturalista, comenzaba a divertirme.

Al descender el penúltimo repecho, fuimos a parar a una pequeña explanada. Allí fue cuando vimos, en un claro, la nieve revuelta.

- Cómo se lo han pasado!!, aquí han estado jugando. Jugando o ... tal vez cazando.
- Mirad, aquí hay restos de pelo, parece de liebre!!
- Joder!!, y aquí más ... y gotas de sangre. Es como si hubieran arrastrado la pieza.
- SSSSSH!!!, mi madre!!!, ... mirad allí!, tras los matorrales!! ...

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G. ISO 100 y 70-200 f/2,8G. ISO 400.



sábado, 12 de septiembre de 2009

Lago Grey



Bosque de Lengas



Farolito. Hemiparásita que vive sobre las ramas
de las lenga, ñire y coihue



Cementerio de témpanos



Esa tarde el viento era fuerte, nos advirtieron que posiblemente el barco que recorre el lago Grey hasta el glaciar, no saldría, al no contar con suficiente pasaje. “Suficiente”, en este caso, es el sinónimo de no rentable. Nos tendríamos que conformar con salir en la zodiac.

La ruta hasta el embarcadero es una maravilla. Se cruza un río (el Grey, que nace en el lago del mismo nombre) por un puente de madera colgante y un camino que atraviesa el bosque de lengas, ñires y coihues, entre otras especies. Cuando abandonamos el bosque y alcanzamos la orilla del lago Grey, ante nosotros se abría una enorme playa, al fondo, casi donde no alcanza la vista, el glaciar Grey nos lanzaba sus vientos helados, barriendo toda la laguna.

El glaciar Grey bebe de la misma fuente que el Perito Moreno, es decir del Campo de Hielo Patagónico Sur, una de las mayores extensiones de hielos continentales (la tercera más extensa del mundo tras la Antártida y Groenlandia). No tan accesible como el Perito, pero también espectacular, aunque lo que nos maravilló fue el cementerio de témpanos, por donde nos adentramos con la zodiac en medio de un viento racheado que levantaba un fuerte oleaje.

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G y 12-24 f/4G. ISO 100.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Entre montañas



El Almirante Nieto cubierto parcialmente por las nubes



Cuernos del Paine desde el Salto Grande



Torre Central, Torre Norte y Nido de Cóndor


Las posibilidades que ofrece el Parque Nacional de las Torres del Paine, a todo aquel que se aventure por sus sendas de montaña, son casi infinitas. Explorar sus rincones, deleitarse con su naturaleza y disfrutar de la presencia constante de su macizo central, es un gozo.

La montaña es mágica, sus cumbres embriagan, si dedicas el tiempo suficiente en su contemplación, te terminas enamorado de este inmenso espacio natural, y nunca, nunca decepciona. Allí cada día es diferente, la climatología tan extrema y variable, facilita mil y un rostros, infinidad de sensaciones distintas, todas muestran con orgullo la grandeza de unas cumbres soñadas.

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G y 70-200 f/2,8G. ISO 100.

martes, 8 de septiembre de 2009

Torres del Paine



Vista panorámica desde la laguna Honda



Anochece en la estancia-hostería Las Torres


Las Torres del Paine nos recibió en medio de una ventisca de frío y nieve.

El camino fue una tortura. El todo terreno sorteaba las placas de hielo y los agujeros en la pista de ripio con fortuna dispar. Los limpiaparabrisas no daban a basto y el camino tan sólo se adivinaba. Según nos acercábamos a la estancia-hostería Las Torres, la tormenta fue amainando, hasta quedar en una leve nevada intermitente.

Reencontrarnos con las cumbres, en medio de un paisaje cubierto de un manto blanco, fue algo que difícilmente se puede explicar con palabras.

Hacía ya 5 años que habíamos visitado este parque de montaña, en aquella ocasión accediendo desde el puerto chileno de Puerto Natales. Por aquel entonces el ferry que nos debía bajar desde Puerto Mont, en la zona de los lagos chilena, llegó con tres días de retraso y nuestra estancia en el Parque se redujo más de lo recomendable.
Pero ahora teníamos la satisfacción del reencuentro, sabedores que en los próximos cinco días, la montaña nos regalaría sus mejores sensaciones. Todo estaba ahí, al alcance de la mano, tan sólo quedaba tomarlo, con pasión, pero también con respeto. Esos días quedarán grabados para siempre en nuestros recuerdos.

Si queréis saber algo más del Parque Nacional Torres del Paine, podéis pinchar aquí.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Como iba diciendo ... (regresé)



Calor, calor, calor ... ¿qué otra cosa puedo decir?. Apenas hace pocos días escribía unas líneas en el antiguo puerto de Buenos Aires (Argentina), con una temperatura de 14 grados en el ya casi final del invierno austral, y ahora vuelvo a retomar el día a día del blog con algunos grados de más y alguna gota de sudor deslizándose por mi frente, en este casi interminable verano.
Vuelta a Madrid, vuelta al trabajo, vuelta al blog .... en fin vuelvo al día a día. Es duro el regreso, no lo voy a negar, pero buenas sensaciones y hermosos recuerdos me acompañan de este reciente viaje por La Patagonia, y ello me alivia y me anima a continuar.

Como iba diciendo, salimos de El Calafate dirección las Torres del Paine. Pasamos el puesto fronterizo argentino, (por cierto, un lugar bastante desolador) y tras recorrer unos kilómetros por lo que allá llaman “tierra de nadie” (¡!), llegamos a Cerro Castillo, pequeña localidad que sirve de frontera con Chile y donde debemos volver a pasar aduana. Los trámites son un tanto exagerados y nos alegramos infinito de que, en temporada baja, apenas seamos dos vehículos de viajeros los que pretendemos cruzar la frontera, de no ser así, puedes pasar toda una mañana a la espera de entrar en Chile.
Tras los trámites, aguardamos en un café, a escasos metros del puesto de carabineros, el enlace que nos adentrará en el Parque. Es muy temprano, el frío intenso, el café, muy caliente, alivia y ayuda en la espera.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Focal 15 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/160s. ISO 100.