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sábado, 11 de septiembre de 2010

Camino a Colchane

Guallatire es nuestra primera parada de camino hacia Colchane, donde pasaremos noche antes de entrar en Bolivia. En aimara Wallatiri “lugar de guallatar”, es el habitual campo base utilizado para ascender el volcán (6.355 metros) que da nombre a la población, volcán que aún se encuentra activo. En realidad toda esta zona del altiplano es como un  gran volcán, llena de zonas de aguas sulfurosas, emanaciones de termas naturales y géiseres.
En nuestro camino atravesamos el Salar de Surire y tras sobrepasar un collado de 4800 metros, entramos en el Parque Nacional Volcán Isluga, viajando paralelos al cañón que forma el río Arabilla. Allí parece como si el tiempo se hubiera detenido, la única noción que nos queda del paso de las horas es el sol, que va descendiendo pausadamente. Son momentos en los que prefiero no llegar a ningún destino concreto, pararme y contemplar es todo un regalo.

Lugar de la toma: Chile. Agosto 2010

Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
1ª foto: Nikon D200. Objetivo 70-200 f/2,8G. Focal 102 mm Diafragma f/7,1. Obturación 1/640s. ISO 125.
2ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 24 mm. Diafragma f/5,6. Obturación 1/200s. ISO 125.
3ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 24 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/160s. ISO 125.






jueves, 9 de septiembre de 2010

La luz del bofedal

Entre bofedales, paja brava, rebaños de alpacas y llamas, con los nevados como telón de fondo y bajo un cielo azul puro, que define los perfiles de las montañas como si de cristal se tratara, Parinacota amanece y anochece con un ritual constante. Un puñado de vecinos, pastores en su mayoría, se agrupan en torno a una iglesia del siglo XVII de rasgos singulares, propios del altiplano chileno y boliviano.
Parinacota supone una base excelente para los viajeros que quieran conocer el entorno del lago Chungará y las lagunas de Cotacotani. Leo construye con esmero, casi con sus propias manos, una suerte de albergue, básico, pero suficiente para pasar la noche. Las noches de invierno son frías en el bofedal, las cañerías se hielan por el intenso frío, el agua se saca directamente del arroyo, entre la escarcha y la paja. Las condiciones son precarias, sí, pero la luz de ese lugar te hace olvidar todo lo malo.

Lugar de la toma: Chile. Agosto 2010

Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
1ª  y 2 ª foto: Nikon D200. Objetivo 12-24 f/4G. Focal 12 mm. Diafragma f/8. Obturación 1/320s. ISO 125.
3ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 32 mm. Diafragma f/4,5. Obturación 1/60s. ISO 100.

























martes, 7 de septiembre de 2010

El reino de los cielos

El lago Chungará es uno de los más altos del mundo, con sus 4.600 metros forma un ecosistema muy especial de humedales, bofedales y una fauna única con más de 130 especies nativas, como flamencos y patos. El majestuoso Parinacota guarda las orillas del Chungará. Este volcán de 6.335 metros, junto con el Pomerape conforman los nevados de Payachatas y parte importante de las divinidades naturales que tanta importancia tienen en la bella cultura altiplánica.

Lugar de la toma: Chile. Agosto 2010

Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
1ª foto: Nikon D200. Objetivo 12-24 f/4G. Focal 24 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/200s. ISO 100.
2ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 26 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/125s. ISO 100.
3ª foto: Nikon D200. Objetivo 70-200 f/2,8G. Focal 170 mm. Diafragma f/5,6. Obturación 1/500s. ISO 100.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Donde los extremos se rozan

El Parque Nacional Lauca, entre las poblaciones de Parinacota y Putre, en el norte de Chile, es un claro ejemplo de la naturaleza altiplánica, siendo parte de su superficie una inmensa estepa desértica. Son dominios de aguas sulfurosas, emanaciones directas de los volcanes cercanos que junto con el agua procedente del deshielo, inundan la escasa vegetación formando bofedales. Rondando los 4000 metros de altura, el frío intenso contradice la contemplación de cielos inmensos de un azul exultante, donde el sol inunda todo el paisaje. Es habitual ver manadas de vicuñas, flamencos y vizcachas, entre otros...

Lugar de la toma: Chile. Agosto 2010

Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
1ª foto: Nikon D200. Objetivo 12-24 f/4G. Focal 17 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/125s. ISO 100.
2ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 24 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/100s. ISO 100.
3ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 38 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/200s. ISO 100.
 

viernes, 3 de septiembre de 2010

Las cosas sencillas








Me pregunto si la ternura tiene cabida en este mundo. No es que yo lo ponga en duda, pero la realidad cotidiana parece negarle su necesario protagonismo.

Todo viaje comienza con una idea. La idea en éste que os iré contando a través de imágenes, se basa en la búsqueda de la esencia. Una búsqueda que nos obliga a prescindir de lo superfluo, de la carga de arrogancia y sin sentido de este mundo moderno y retomar las cosas sencillas, descubrirlas de nuevo, recordarlas y darlas el valor que nunca tendrían que haber perdido.

Comenzamos en Arica, al norte de Chile, ciudad casi fronteriza con El Perú. Desde allí subimos paulatinamente hacia el Altiplano, para visitar localidades que apenas son un punto en los mapas. Atravesando carreteras polvorientas cruzamos a Bolivia y nos adentramos en sus inmensos salares. Uyuni es desolador a la vez que mágico, duro a la vez que gratificante. Pasamos por La Paz, la ciudad de las contradicciones, de la vida en la calle, de camino hacia el gran lago Titicaca. Por su orilla oeste llegamos a Puno, ya en El Perú y desde allí, atravesando el Valle Sagrado, terminamos en Cuzco. El final fue un duro Treck, que durante 4 jornadas caminando, nos alzó hasta Inti Punko (Puerta del Sol), una entrada espectacular al Machu Picchu.

Las fotos que subo están tomadas en Putre (Chile). El valor de las cosas sencillas, algo que tiene que ver con la ternura.

Lugar de la toma: Chile. Agosto 2010

Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
1ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 70 mm. Diafragma f/5,6. Obturación 1/160s. ISO 100.
2ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 70 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/125s. ISO 100.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Regreso



El retorno de un gran viaje y el término de las vacaciones, es una sensación parecida al final de una comida en buena compañía. Deseas que nunca hubiese acabado y tratas de alargar la sobremesa lo imposible. Al final quedan copas, tazas de café y unas sillas vacías, en el recuerdo la nostalgia, y en el corazón ganas de volver a ocupar el lugar que acabas de abandonar.
Mis recuerdos son de luz cálida y largas charlas, una excelente sobremesa en la mejor compañía posible, un viaje maravilloso.

Regresar es casi inevitable, continuar con lo que se dejó atrás, el trabajo, los problemas, la crisis, ... todo forma parte de lo cotidiano, del día a día, de una lucha incesante por una pequeña parcela de felicidad.

Iré subiendo fotografías de un viaje increíble, al menos así lo he vivido. Os hablaré de sensaciones, de luz y color, de lejanas tierras, pero sin agobiar, os hablaré de momentos, de personas y de lugares de naturaleza viva.

Retomar este blog, tal vez sea lo mejor de la vuelta de las vacaciones. Encontrarme con todos vosotros, aunque sea de manera virtual, siempre es un aliciente para superar la vuelta al "curso escolar".
Espero que este periodo estival, que ya casi acaba, haya sido agradable para todos, eso es lo que importa.

Lugar de la toma: Chile. Agosto 2010

Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 70 mm. Diafragma f/5. Obturación 1/100s. ISO 100.

martes, 15 de septiembre de 2009

Pumas









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Rodilla en tierra, sujetando firmemente la cámara, con el 70-200 montado y el enfoque manual seleccionado, tan sólo quedaba fotografiar.

Uno de los pumas salió entre los matorrales y se perdió siguiendo el curso del río. El otro, trepó rápidamente hacia una suerte de cueva. Allí permaneció un buen rato, observándonos. Finalmente continuó ladera abajo, hasta perderlo de vista.

Hay momentos que no los pagan ni los de la “mastercard” esa.

Nikon D200. Objetivo 70-200 f/2,8G. ISO 400.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Seguimos las huellas?




Muchas veces me he planteado, ¿para que narices cargo con todo el equipo fotográfico cuando salgo a andar por la montaña?. Cristales, filtros, tarjetas, baterías (tres mejor que dos), que si el disparador, ... esa tarde tuve la respuesta, no sólo eso, me arrepentí de no cargar con el trípode: quita, quita, otro trasto más, me dije. Y allí lo dejé.

Comenzamos ha caminar sobre las 3 de la tarde. En un principio nuestro guía (Pedro, un gran tipo) nos propuso tomar un sendero que llevaba hasta una laguna cercana. Nos pareció bien y comenzamos el treck, charlando e intercambiando anécdotas. Al poco rato observamos unas huellas frescas en la nieve.

- Es muy difícil ver un Puma, pero si les parece podemos intentar seguir las huellas.

Nos pareció una idea estupenda, y de este modo comenzamos a seguir el rastro.

Seguimos las huellas cerca de una hora. La verdad es que era sencillo, la nieve recién caída era un mapa perfecto, lleno de señales. Y así cruzamos riachuelos, siempre montaña arriba, charlando de esto y aquello, en especial sobre las costumbres de los animales en el Parque. En un principio era un sólo puma, al poco rato observamos más huellas, dos, tal vez tres, uno de ellos parecía más grande. Poco a poco la tarde iba pasando, la nieve había dejado de caer, habíamos entrado en calor con la caminata y a mí, esto de hacer de naturalista, comenzaba a divertirme.

Al descender el penúltimo repecho, fuimos a parar a una pequeña explanada. Allí fue cuando vimos, en un claro, la nieve revuelta.

- Cómo se lo han pasado!!, aquí han estado jugando. Jugando o ... tal vez cazando.
- Mirad, aquí hay restos de pelo, parece de liebre!!
- Joder!!, y aquí más ... y gotas de sangre. Es como si hubieran arrastrado la pieza.
- SSSSSH!!!, mi madre!!!, ... mirad allí!, tras los matorrales!! ...

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G. ISO 100 y 70-200 f/2,8G. ISO 400.



sábado, 12 de septiembre de 2009

Lago Grey



Bosque de Lengas



Farolito. Hemiparásita que vive sobre las ramas
de las lenga, ñire y coihue



Cementerio de témpanos



Esa tarde el viento era fuerte, nos advirtieron que posiblemente el barco que recorre el lago Grey hasta el glaciar, no saldría, al no contar con suficiente pasaje. “Suficiente”, en este caso, es el sinónimo de no rentable. Nos tendríamos que conformar con salir en la zodiac.

La ruta hasta el embarcadero es una maravilla. Se cruza un río (el Grey, que nace en el lago del mismo nombre) por un puente de madera colgante y un camino que atraviesa el bosque de lengas, ñires y coihues, entre otras especies. Cuando abandonamos el bosque y alcanzamos la orilla del lago Grey, ante nosotros se abría una enorme playa, al fondo, casi donde no alcanza la vista, el glaciar Grey nos lanzaba sus vientos helados, barriendo toda la laguna.

El glaciar Grey bebe de la misma fuente que el Perito Moreno, es decir del Campo de Hielo Patagónico Sur, una de las mayores extensiones de hielos continentales (la tercera más extensa del mundo tras la Antártida y Groenlandia). No tan accesible como el Perito, pero también espectacular, aunque lo que nos maravilló fue el cementerio de témpanos, por donde nos adentramos con la zodiac en medio de un viento racheado que levantaba un fuerte oleaje.

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G y 12-24 f/4G. ISO 100.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Entre montañas



El Almirante Nieto cubierto parcialmente por las nubes



Cuernos del Paine desde el Salto Grande



Torre Central, Torre Norte y Nido de Cóndor


Las posibilidades que ofrece el Parque Nacional de las Torres del Paine, a todo aquel que se aventure por sus sendas de montaña, son casi infinitas. Explorar sus rincones, deleitarse con su naturaleza y disfrutar de la presencia constante de su macizo central, es un gozo.

La montaña es mágica, sus cumbres embriagan, si dedicas el tiempo suficiente en su contemplación, te terminas enamorado de este inmenso espacio natural, y nunca, nunca decepciona. Allí cada día es diferente, la climatología tan extrema y variable, facilita mil y un rostros, infinidad de sensaciones distintas, todas muestran con orgullo la grandeza de unas cumbres soñadas.

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G y 70-200 f/2,8G. ISO 100.

martes, 8 de septiembre de 2009

Torres del Paine



Vista panorámica desde la laguna Honda



Anochece en la estancia-hostería Las Torres


Las Torres del Paine nos recibió en medio de una ventisca de frío y nieve.

El camino fue una tortura. El todo terreno sorteaba las placas de hielo y los agujeros en la pista de ripio con fortuna dispar. Los limpiaparabrisas no daban a basto y el camino tan sólo se adivinaba. Según nos acercábamos a la estancia-hostería Las Torres, la tormenta fue amainando, hasta quedar en una leve nevada intermitente.

Reencontrarnos con las cumbres, en medio de un paisaje cubierto de un manto blanco, fue algo que difícilmente se puede explicar con palabras.

Hacía ya 5 años que habíamos visitado este parque de montaña, en aquella ocasión accediendo desde el puerto chileno de Puerto Natales. Por aquel entonces el ferry que nos debía bajar desde Puerto Mont, en la zona de los lagos chilena, llegó con tres días de retraso y nuestra estancia en el Parque se redujo más de lo recomendable.
Pero ahora teníamos la satisfacción del reencuentro, sabedores que en los próximos cinco días, la montaña nos regalaría sus mejores sensaciones. Todo estaba ahí, al alcance de la mano, tan sólo quedaba tomarlo, con pasión, pero también con respeto. Esos días quedarán grabados para siempre en nuestros recuerdos.

Si queréis saber algo más del Parque Nacional Torres del Paine, podéis pinchar aquí.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Como iba diciendo ... (regresé)



Calor, calor, calor ... ¿qué otra cosa puedo decir?. Apenas hace pocos días escribía unas líneas en el antiguo puerto de Buenos Aires (Argentina), con una temperatura de 14 grados en el ya casi final del invierno austral, y ahora vuelvo a retomar el día a día del blog con algunos grados de más y alguna gota de sudor deslizándose por mi frente, en este casi interminable verano.
Vuelta a Madrid, vuelta al trabajo, vuelta al blog .... en fin vuelvo al día a día. Es duro el regreso, no lo voy a negar, pero buenas sensaciones y hermosos recuerdos me acompañan de este reciente viaje por La Patagonia, y ello me alivia y me anima a continuar.

Como iba diciendo, salimos de El Calafate dirección las Torres del Paine. Pasamos el puesto fronterizo argentino, (por cierto, un lugar bastante desolador) y tras recorrer unos kilómetros por lo que allá llaman “tierra de nadie” (¡!), llegamos a Cerro Castillo, pequeña localidad que sirve de frontera con Chile y donde debemos volver a pasar aduana. Los trámites son un tanto exagerados y nos alegramos infinito de que, en temporada baja, apenas seamos dos vehículos de viajeros los que pretendemos cruzar la frontera, de no ser así, puedes pasar toda una mañana a la espera de entrar en Chile.
Tras los trámites, aguardamos en un café, a escasos metros del puesto de carabineros, el enlace que nos adentrará en el Parque. Es muy temprano, el frío intenso, el café, muy caliente, alivia y ayuda en la espera.

Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Focal 15 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/160s. ISO 100.

lunes, 20 de octubre de 2008

La Memoria Histórica






























En plena batalla mediática, entre políticos y periodistas, de todo signo, e igual calado, sobre la llamada "memoria histórica", se diluye para el gran público, la importancia transcendental de la labor, que distintas asociaciones llevan desempeñando hace ya bastantes años.

Recientemente, la editorial Tebar ha publicado el libro "Memoria de la tierra: Exhumaciones de asesinados por la represión franquista", que recoge el trabajo de más de 7 años, de los fotoperiodistas Eloy Alonso y Clemente Bernard, siguiendo las investigaciones de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en la exhumación de asesinados por el franquismo.

Podéis ver alguna de las fotografías, documentadas en el libro, en este enlace.

En Chile aún hoy, éste, es un debate abierto. La foto que ilustra la entrada es un soldado de guardia en el Palacio de la Moneda, tristemente célebre ya que fue el último reducto del gobierno de Salvador Allende.

Aún cuando han pasado bastantes años de aquellos acontecimientos, observar la marcialidad, el aspecto, el uniforme de estos guardias, impone respeto. No sé si es una apreciación personal, pero aquel episodio, como el nuestro de la Guerra Civil y la posterior represión franquista, es una etapa de nuestra historia cerrada en falso, y muy poco debatida. A vosotros, ¿qué os parece?.

Fotografía realizada en Agosto de 2004. Velocidad Obturación 1/125s. Diafragma f/10,3. Exposición, prioridad apertura. Sensibilidad ISO 100.