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Siento el soplo frío en el cuello mientras tecleo esta entrada, es la brisa que anuncia un nuevo invierno casi a la vuelta de pocos días, también el final del año, nos metemos en Diciembre con todas esas celebraciones amplificadas por unas ansias de consumo desmedidas. Ahora parece que solo se es feliz si compras y consumes, cuanto más mejor. Posesiones que en un principio parecen imprescindibles, tan importantes que se olvida cualquier otra premisa y que pasarán en la mayoría de los casos, a engrosar la esquina de lo superfluo mucho antes de lo que pudiera parecer. Observo como se va el tiempo en sandeces mientras camino por el asfalto de una sociedad infantilizada hasta el extremo. El destino es el mismo para todos, y entonces, ¿qué es lo importante?, ¿a qué deberíamos prestar atención?.