Me vais a disculpar, pero el fin de semana pasado estuvimos en
Zamora, probando mi flamante D200 (¡qué maravilla de máquina!), y claro, ahora tengo un excedente de fotografías de iglesias que debo dar salida.
La excusa, dependiendo de pareceres diversos, puede ser del todo peregrina. Lo entiendo. Pero el
románico y sus iglesias siempre me han atraído poderosamente.
Como tampoco quiero aburrir, os dejo una toma, en este caso nocturna.
Qué fantástica es la fotografía. Te permite capturar la escasa luz nocturna tomando prestado, por unos instantes, ese tiempo privado, su tiempo, que tienen las calles y los edificios de noche, mostrándonos otra realidad, que probablemente durante el día, no percibamos.
Nikon D200. Objetivo 17-50mm f/2.8G. Distancia focal 17mm. Diafragma f/16. Velocidad de obturación 4s. Sensibilidad ISO 100.