Message between walls

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Cada vez vivimos en ciudades más grandes, con mayores contradicciones y donde el mestizaje cultural impregna casi cualquier manifestación urbana. Supongo que eso me condiciona a la hora de realizar fotografías. Cada cual busca su zona de confort, esas maneras con las que se encuentra a gusto fotografiando. Personalmente, la ciudad y la gráfica me proporcionan oportunidades casi inagotables.

Colores planos

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Entre colores planos y colores modulados se desarrolla la escena de alto contraste. La luz de medio día, dura, en este caso es una perfecta aliada. Cada momento tiene su tipo de fotografía, tan solo hay que dejar volar la imaginación mientras observamos el entorno.

Mimetismo urbano

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Donde nada sucede todo puede suceder. Es por eso que los individuos precavidos intentan mimetizarse con el entorno urbano, entre pinceladas libres y formas geométricas.

Allí donde no sucede nada

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¿Acaso puede existir algún lugar donde nunca suceda nada?. Quizás aquello tan “Bresoniano” del “instante decisivo” comparta trascendencia fotográfica con esas escenas donde todo está a punto de suceder y no sucede, en una espera casi infinita, como un lapso de tiempo que discurriera muy lentamente: “los instantes no decisivos”. Sin embargo la esencia de esta fotografía estaría estrechamente relacionada tanto con teorías físicas como filosóficas. Trascendería la mera fotografía para hablarnos del tiempo en sí mismo y como éste condiciona tanto la escena como al observador, tanto al fotógrafo como al fotografiado.

Deconstrucción en base al color y las forma urbanas

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Prefiero desmontar visualmente cualquier prejuicio nacido del preciosismo, sobre la pureza de la composición y el color. Para ello nada mejor que mirar un entorno urbano, esos espacios llenos de posibilidades, que nos sitúan  tercamente en la más cruel realidad cotidiana.

En un instante

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Un instante, mi medida fotográfica de tiempo preferida. Durante esos pocos (o muchos) segundos ocurren las cosas más interesantes. En realidad la vida moderna nos ha privado de nuestro tiempo, somos deudores de él por obra y gracia del “neocapitalismo”, es decir del capitalismo de ahora, el de siempre pero retorcido hasta lo insospechado. Por eso son tan importantes esos instantes, espacios de libertad, de percepción, de tiempo sin cuantificar, un refugio cálido donde dejar volar la imaginación en libertad.

¿Igualdad de oportunidades?

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Igualdad de oportunidades. Igualdad. ¿Acaso es una gran mentira?. ¿Una utopía?. ¿Una falacia?. Quizás se trate de esto último, un engaño oculto. ¿Cuándo decidimos abandonar las terminologías que tan acertadamente nos definían?, ¿en qué momento cambiamos de Clase Obrera a “gente”, sin más. Y pasamos a pertenecer a ese gran invento llamado “clase media” que nos aglutina y nos condiciona. ¿Bendita modernidad?.

Casi en soledad

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La fotografía de una calle solitaria siempre tiene ese “algo” de misterio, de incertidumbre, de interrogantes abiertos al juicio y valor del espectador. Pero quizás la presencia de un personaje inesperado, una figura fugaz o parte de ella pueda aportar un poco más. Pienso que igual permite abrir nuevas interrogantes, invitar a la divagación y al entretenimiento mental. La fotografía, más allá de su técnica, básicamente es un contenedor de historias incompletas, por descontado que nada tiene que ver con la verdad y lo objetivo, sino más bien con la fantasía y la anécdota. Pura vida.