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Recuerdo perfectamente el momento de esta toma. Calle Fuencarral en Madrid, uno de mis lugares habituales para retratar el aparente deambular de la calle. Efectivamente recuerdo esos instantes y me veo seleccionando el momento adecuado, incluso valorando la posibilidad de los letreros y carteles que abundan en las paredes y escaparates. La memoria de la fotografía y su capacidad para devolvernos imágenes nítidas de lo vivido, incluso sin haber estado nunca allí y sin tener nada que ver con la fotografía ni lo que se describe en ella, tan solo tomando prestado ese momento por obra y gracia de nuestra imaginación. Me pregunto ahora, después del tiempo pasado, ¿donde irían esas personas?, ¿serán protagonistas involuntarios de otras tantas instantáneas parecidas?.
¡Quién sabe!. El instante del "clic" estaban todos allí, muy complicado será reunirlos de nuevo, aunque el lugar pueda cambiar. Es la magia de la fotografía, instantes irrepetibles.
ResponderEliminarAferradetes, Ángel.
Quien sabe... la vida es un continúo juego de azar. Un abrazo
EliminarNadie conoce mejor su ciudad, que el que habita en ella. El tránsitar de las gentes, no tiene freno en esa gran ciudad.
ResponderEliminarUn abrazo
Algo así, pero también suelo circunscribirme a lugares concretos, supongo que a todos nos pasa. un abrazo
EliminarDeambulando por la gran ciudad, algo que hacemos muchos. Unos por obligación otros para captar el ir y venir constante. Me gustan esas fotos corales y un tanto caóticas!.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
Merodeadores, Josep ;-)
EliminarNo suelo incluir personas en mis fotos. Soy más de geometrías, formas, líneas, espacios pero, comienzo a preguntarme después de tanto tiempo la razón de este "aislamiento" de este "no mirar a los demás". Tal vez cambie algo en mi mirar. Gracias
ResponderEliminarLa calle no son solo personas, pero si es bueno probar los propios límites
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