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Antes que nuestros pequeños universos individuales gravitaran en torno a los teléfonos móviles, ya existían las conversaciones en grupo, entre dos, tres o más personas, sin necesidad de barra de bar ni fútbol de por medio, muchas veces tan sólo un rincón de cualquier calle del barrio o del pueblo eran suficientes para animar a unos amigos a prolongar una conversación durante horas incluso. Tiempos donde los agobios actuales eran menos obsesivos y decisivos e importaba más el propio encuentro para disfrutar de un buen rato que las urgencias innecesarias. Algo de aquellas costumbres todavía suelo ver por ahí, menos que antes quizás, aunque no dejo de buscar rincones propicios.
Sí señor, y las llamaban tertulias. Un rincón magnífico el que nos presentas.
ResponderEliminarUn abrazo,.
Y la espontaneidad, según se acercaba un conocido se añadía al grupo y a la charla. Tiempos!!
EliminarAhí están, esperando que alguien se anime y empiece esa conversación.
ResponderEliminarConversación, palabra olvidada para muchos...
Un rincón precioso.
Aferradetes, Ángel.
Dan ganas de sentarse ;-)
EliminarUn rincón muy acogedor que está a la espera de los conversadores del dia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
Primeras luces de la mañana y la calle es pura magia Josep
EliminarAhora lo que falta, es que lleguen los conversadores. Las sillas ya están dispuestas.
ResponderEliminarUn abrazo
Tenía que haber esperado un poco más ;-)
EliminarUn espacio abierto, un trozo de paisaje y un acontecimiento más o menos importante, personal o no tanto, bastaban para una tertulia en la que la comunicación se abría al análisis de los contertulios. Tal vez ahora el espacio se haya reducido a una pantalla y el acontecimiento sea mucho más individualista, tal vez más interesado...no se tengo tantas dudas.
ResponderEliminarEstamos perdiendo las buenas costumbres Luis. Un abrazo
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