¿Os habéis fijado en la costumbre, cada vez más extendida, de aparcar los perros en la calle?.
Si, es algo que vengo observando desde hace ya algún tiempo, el dueño del animal, sale a pasear, le da el punto, ata al can en una farola, una valla o cualquier otra cosa, y se toma unas cañas en el bar, pasa a comprar al súper o a curiosear en la ferretería de la esquina.
Y el pobre perro ahí se queda, con cara de circunstancia, a la espera que buenamente vuelvan a recogerle, y suplicando a San Pepito Pato (santo de todas las mascotas) que no pase un niño y le haga las mil putadas de rigor.
Y hay que ver que expresiones muestran, digno de enmarcar, mezcla perfecta entre tristeza, cabreo y ansiedad. Oigan ustedes que los perros también tiene ansiedad, y para solucionarlo ya pueden llevarlo a psicólogos para canes. Cómo esta este mundo.
Pues en esas circunstancias de abandono provisional, para mi gusto, es el mejor momento para fotografiarlos, si, si un retrato de perros. ¿Y porqué no?.
Diafragma: F/4.5. Velocidad de obturación: 1/160s. Modo de exposición manual. Medición puntual. Sensibilidad ISO 400.