miércoles, 3 de junio de 2009

Servicio de limpieza





Salimos del Metro, sin taquillas, ni torniquetes, donde igual te cruzas un berlinés que pasea con el perro (eso si con correa) entre los vagones, sorteando las bicicletas, o una pareja con artículos de alguna tienda macrobiótica, o simplemente chicas que salen a divertirse, ataviadas con lo mejor que han encontrado en sus armarios.
Salimos a la eterna Alexanderplatz, o simplemente Alex como la conocen los berlineses, es sin duda el corazón de la urbe, concurrida, pintoresca, cosmopolita, moderna, transgresora, acogedora, ... tal vez sea la descripción perfecta para toda una ciudad.
Además del ayuntamiento, edificio de claras influencias Soviéticas, o el Reloj Mundial, una gran estructura de metal que rota permanentemente y muestra la hora de todo el mundo, en pleno centro, se encuentra la torre de televisión (Fernsehturm), la más alta de Europa, visible casi desde cualquier rincón de Berlín. Miro a lo más alto, forzando el cuello por completo, pretendo alcanzar sus antenas con la vista, pero me detengo, algo me llama la atención. Ahora comprendo como se realiza el mantenimiento de estas construcciones. De vértigo.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Focal 27 mm. Diafragma f/11. Obturación 1/250s. ISO 100.