miércoles, 3 de octubre de 2012

El camino



Seguir un sendero por el puro placer de caminar y dejarnos sorprender por pequeños acontecimientos, o lugares que deben su existencia a recorridos pausados, es motivo suficiente para cargar con cámara, lentes y demás artilugios propios de la fotografía.
Siempre con la idea de captar algo diferente, aquello que suele pasar inadvertido, tal vez por cotidiano y mil veces vivido. Sin pretensiones descubridoras, pero si con el firme propósito de reencontrarnos y reconciliarnos con ciertos lugares.
A veces, incluso, nos servimos de expresiones artísticas de individuos anónimos para narrar con imágenes lo que podría ser el origen de una historia; un cuento que se inicia en una encrucijada de caminos, unos imaginados, reales los otros, pero siempre a disposición de la decisión última del caminante.

Debemos nuestras fotografías a una máquina (más o menos sofisticada) pero, al igual que el caminante, la decisión última de la cual depende la obra, está en nuestras manos. Y eso es muy motivador.

Lugar de la toma: Carabanchel, Agosto 2012
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.