martes, 26 de abril de 2022

Tres vidas

 


 

Suena la alarma del móvil (¿acaso alguien sigue usando un despertador convencional?), me levanto, estiro un poco y voy directo a la ducha, preparo un buen desayuno y café. Salgo de buen humor afrontando la mañana. Una sonrisa vale más que cien terapias alternativas de relax, o al menos eso quiero creer y aún así nada está garantizado. Camino, cojo el transporte público, me cruzo con gente a lo largo del día, conflictos laborales, discusiones absurdas (¿acaso hay discusiones razonables?) y alguna que otra situación incómoda…, vivir cada jornada nos enfrenta a todo tipo de circunstancias, algunas buenas otras no lo son tanto. En días grises la fotografía procura la capacidad de distanciarme, con esa facilidad para crear historias a partir de hechos fortuitos y así aliviar el camino cuando las cosas no marchan como uno quisiera. Nada es perfecto, cualquier mal día puede reconvertirse quizás en algo mejor, ese instante peculiar puede ser el primer acto de una nueva e increíble historia.