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jueves, 15 de marzo de 2012

Al tren!!



12-24 mm. f/4. 1/15 seg. ISO 125

Lugar de la toma: Budapest. Agosto 2011.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.

martes, 13 de marzo de 2012

Un viaje diferente



Hacía tiempo que me rondaba por la cabeza la idea de hacer un viaje en tren por Europa. Quizás me movía la imagen romántica del tren frente a otros medios de transporte rápidos y directos; pero sobre todo es la creencia en un concepto más “físico” de sentir el viaje, disfrutando cada desplazamiento.

Este verano pasado nos decidimos. Mi compañera y yo hicimos las mochilas, sólo lo imprescindible, aquello con lo que pudiéramos cargar durante 24 días. La movilidad era la clave pues el recorrido era relativamente largo.

Es difícil seleccionar tan poco, para tan largo periodo, y especialmente si hay que sumar un mínimo equipo fotográfico. Además de cargar con el trípode. Pero ¡¡qué coño!!, esta vez quería viajar y fotografiar. Me refiero a planificar el tipo de fotografía que pretendía hacer, incluso antes de salir de casa.

Compramos un billete de InterRail, opción itinerario libre por un periodo de 22 días, más que suficiente ya que comienza a contar cuando se hace el primer trayecto. La idea era partir de Budapest, permaneciendo en esta ciudad 4 o 5 días antes de empezar el recorrido en tren.

El itinerario lo teníamos claro desde el principio, los días que nos quedaríamos en cada lugar no. Pero esa es la grandeza de un viaje, moverse libremente sin importar demasiado donde estarás mañana. Si nos gustaba lo que veíamos al bajar del tren, nos quedábamos unos días. Si no, continuábamos el trayecto. Improvisar era esencial, disfrutar también. No nos importó tanto conocer más o menos lugares como estar a gusto en ellos. La única premisa era el día que debíamos estar de vuelta en Madrid.

Como decía, empezamos en Budapest. En tren recorrimos Hungría, atravesamos frontera con Croacia y paramos en Zagreb. Seguimos recorrido por la costa Dálmata, hasta Split, paramos en Trogir y cruzamos a Vis. En Split acababa la vía férrea y seguimos en autobús hasta Dubrovnik, parando en algún pueblecillo y visitando alguna isla en ferry. Luego, de nuevo en Split, cruzamos el Adriático hasta el puerto italiano de Ancona. Seguimos en tren atravesando la Toscana hasta Florencia. Desde allí con trenes de cercanías visitamos lugares como Pisa, Lucca o Siena. Seguimos en tren hasta París, y tras descansar unos días, tomamos el tren hotel a Madrid-Chamartín.

Lo que iré publicando en las próximas semanas es la historia en imágenes de ese viaje. Un punto de vista personal, detalles de la vida en otras plazas, momentos que en su día me pareció interesante retratar. Como promete ser larga, alternaré con otras fotografías: instantes que surjan, tiempos captados que pidan ser mostrados, ...

... Bienvenidos al tren.

20 mm. f/3,5. 1/15 seg. ISO 320

Lugar de la toma: Budapest. Agosto 2011.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.

jueves, 1 de septiembre de 2011

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Hoy me he levantado temprano. De alguna manera tenía que regresar de este profundo letargo que producen las vacaciones.
No es fácil, después de un largo viaje volver a la vida sedentaria. El cuerpo parece negarse a la rutina y pide más, mucho más.

Han pasado muchas cosas durante este viaje. La mayoría buenas, algunas francamente malas. En Budapest nos llegó la triste noticia de la muerte de Pablo, el hijo de Sergio del Molino. Si recordáis, escribí sobre ello a finales de Julio. Salimos de Madrid con la sensación de una tensa espera, como quién aguarda la terrible noticia que inexorablemente se producirá. Nada más que tristeza infinita, una sensación terrible de negro vacío. No sé quién escribiría por primera vez aquello de “pero la vida continúa”, y de tanto leerlo y oírlo, he asumido que, efectivamente, así es. Pero me pregunto donde se quedan esas vidas rotas, a que parte de este atormentado mundo quedan relegadas. Tal vez las dimensiones físicas, el espacio-tiempo, no sea más que sentimientos rotos, vidas  fragmentadas, momentos perdidos, la mayor parte de ellos llenos de tristeza y negro vacío.
Desde aquí, un fuerte abrazo, de esos que son capaces de transmitir el calor y la amistad, para Cris y Sergio.

El viaje ha ido bien, yo diría que muy bien, a pesar de las incidencias propias de los viajes en tren. Una gran experiencia que de alguna manera me evocaba aquellos viajeros de comienzos del siglo XX, atravesando el corazón de Europa en trenes de vapor. Lógicamente las cosas han cambiado mucho (afortunadamente), aunque en ciertos países pareciera que no tanto. El tren es una magnífica manera de conocer un país y sus gentes, pero es un medio en franco declive, al menos las líneas convencionales, aquellas que te acercan a cada rincón, hasta el pueblecito más remoto.

Ahora toca ordenar, clasificar y revelar las fotografías. Bueno, pero con paciencia, hay tiempo. Mientras iré subiendo una serie, que ya tengo preparada, de fotografías en B&N realizadas en París. Y aguardan otras, que irán saliendo, si el habitual caos reinante en mi disco duro me lo permite.

La fotografía que ilustra el post que “abre la temporada”, está tomada en un bar cercano al barrio judío de Pest. Tengo que confesar mi gusto por lugares, digamos, “diferentes”. Me interesó desde el primer momento. De alguna manera identifica este blog, un poco caótico, lleno de recuerdos y vivencias, oscuro a veces, pero con una buena colección de objetos que permiten liberar la imaginación. Por supuesto están invitados, pasen.

Lugar de la toma: Budapest. Agosto 2011.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.