miércoles, 19 de agosto de 2009

El espectáculo del hielo


El Parque Nacional de los Glaciares,
desde la península Magallanes




Glaciar Perito Moreno


Apenas hace unas horas estábamos todavía apoyados en la barandilla de uno de los miradores, contemplando un espectáculo mágico. Las rachas de viento hacían sentir la fría mañana con toda su intensidad, y el sonido de los témpanos al desquebrajarse y caer sobre el lago, rompía el silencio reinante.
El Perito Moreno impresiona. No es el glaciar más grande del Parque Nacional Los Glaciares, pero su accesibilidad para poder visitarlo, su enorme frente de hielo, de alrededor de 5 km, con unos 60 metros de altura máxima y su lento caminar que le hace precipitarse suavemente sobre el Lago Argentino, le convierten en un gran espectáculo apto para todos los públicos.
El Calafate es la población que brinda acceso a la península de Magallanes, desde donde se puede visitar el glaciar. Una población peculiar, sin duda, con una calle central donde se agolpan casi todos los comercios imaginables, restaurantes excesivamente caros y tiendas de souvenir. Es la arteria vital de una ciudad volcada al turismo y cuya única atracción es el glaciar Perito Moreno.
Pero es conveniente alejarse de esta calle, de sus tiendas y de su aparente lujoso casino y perderse un poco por los alrededores de EL Calafate. Tan sólo dos cuadras en cualquier dirección, son suficientes para abandonar la excesiva iluminación de sus comercios y caminar por calles de barro, salpicadas de viviendas, todas diferentes. Buscar un lugar para comer por la periferia se convierte en toda una proeza, digna de los primeros aventureros que llegaron a estas tierras, más si cabe, en esta época del año, donde el turismo es muy escaso, y por lo tanto, los servicios muy reducidos.
Cuando se contempla El Calafate desde su zona más elevada, la impresión que ofrece es muy diferente. Una ciudad extensa, increíblemente extensa, urbanizada sin orden ni control aparente, donde el alumbrado, el mobiliario urbano, los servicios, el asfaltado de las calles y el pavimentado de las aceras, se limitan a su zona centro. Su disposición alrededor del Lago Argentino, con la inmensa cordillera de los Andes de fondo, como si de un gran decorado de cine se tratase ... es entonces cuando me reconcilio con El Calafate y saboreo lo que amablemente me ofrece.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm 2,8 y 70-200 mm 2,8. ISO 100.