jueves, 10 de septiembre de 2009

Entre montañas



El Almirante Nieto cubierto parcialmente por las nubes



Cuernos del Paine desde el Salto Grande



Torre Central, Torre Norte y Nido de Cóndor


Las posibilidades que ofrece el Parque Nacional de las Torres del Paine, a todo aquel que se aventure por sus sendas de montaña, son casi infinitas. Explorar sus rincones, deleitarse con su naturaleza y disfrutar de la presencia constante de su macizo central, es un gozo.

La montaña es mágica, sus cumbres embriagan, si dedicas el tiempo suficiente en su contemplación, te terminas enamorado de este inmenso espacio natural, y nunca, nunca decepciona. Allí cada día es diferente, la climatología tan extrema y variable, facilita mil y un rostros, infinidad de sensaciones distintas, todas muestran con orgullo la grandeza de unas cumbres soñadas.

Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G y 70-200 f/2,8G. ISO 100.