sábado, 14 de mayo de 2022

La melodía en el interior de la fotografía

 


 

Me propongo entrenar la paciencia a diario. Me lo sugiere un buen amigo, no con estas palabras aunque estoy seguro que se refiere a esto. Y no es un entrenamiento al uso, requiere dedicación e insistir cuando las tentaciones revolotean por el subconsciente e intentan dispersar las ideas. Demanda constancia y método. Cuando camino me resulta casi imposible pararme y aguardar con la cámara preparada, es un nivel que estoy rozando, pero aún queda lejos de ser una respuesta natural. Es cosa de perseverar. Lo que si se me da medianamente bien es situarme en un café, en un bar, en una terraza y esperar. Espero y observo a todos, los detalles, las fobias y las bondades de cada cual. Solo fotografío cuando me encuentro relajado y a gusto. Entonces disfruto de ese tempo musical, pausado y sutil que deja construir la fotografía.