martes, 28 de septiembre de 2010

La Paz



Si Bolivia fuera el paraíso, La Paz sería el infierno.

Contrastes duros de luz y hormigón, de asfalto al que ya no estábamos acostumbrados y contaminación. Cielos teñidos de azul altiplánico recortando los rascacielos, chabolas mugrientas esparcidas entre calles, donde se mezcla modernidad, tradición y precariedad. Vida al aire libre, puestos para comer, beber, desayunar, limpiarse el calzado, coserse un bajo del pantalón inoportunamente suelto, incluso balanzas callejeras donde, por pocas monedas, el propietario te devuelve un peso aproximado; pasantes con máquinas de escribir con más que dudoso funcionamiento, venta, compra, cambio. Olores mezclados, sudor a pleno día, frías noches, murmullos de una sociedad que lucha por modernizarse apresuradamente; gritos, voces, estruendo de las tradiciones aimaras y quechuas diseminadas por los puesto de las chamanes, tradiciones de siglos, del culto a la naturaleza que representa la Pacha Mama. Claxon, bocinas, caótica circulación, pitos, silbatos, alboroto, reivindicaciones indígenas, manifestaciones continuas, en unas calles que observan la lucha de clases; donde sólo un ciego no vería desigualdades que laten en las entrañas de una ciudad que cada mañana despierta, como pocas lo hacen.

Si Bolivia es naturaleza viva, La Paz vida es.

Lugar de la toma: Bolivia. Agosto 2010

Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.
1ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 60 mm. Diafragma f/5,6. Obturación 1/160s. ISO 100.
2ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/2,8G. Focal 24 mm. Diafragma f/4. Obturación 1/125s. ISO 100.
3ª foto: Nikon D200. Objetivo 24-70 f/7,1G. Focal 66 mm. Diafragma f/7,1 Obturación 1/250s. ISO 100.