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No tenía claro si el título debía ser este o quizás “la vida del fotógrafo de calle”, en cualquier caso sirva la fotografía de hoy como un sencillo y sincero homenaje a todas y todos los que pasamos gran parte del tiempo dedicado a la fotografía, deambulando por las calles en busca de esa toma que nos haga estremecer cada vez que volvemos sobre ella. Qué enorme satisfacción cuando descargamos la tarjeta de memoria (o revelamos la película) y al revisar las instantáneas encontramos algún diamante en bruto, que debidamente pulido resulta una fotografía de las que tratamos con esmero y guardamos con cariño. Y, pensándolo bien, con qué poco se puede ser tan feliz.
Love people at work pics
ResponderEliminarThe same thing happens to me, I love photographing photographers
EliminarPrecioso homenaje.
ResponderEliminarPor los magníficos reflejos del charco, ya valió la pena.;-)
Aferradetes, Ángel.
Gracias, un abrazo grande
EliminarTotalmente de acuerdo, con que poco se puede ser feliz!
ResponderEliminarPor cierto, hay que ver lo bien equipada que va la chica.
Un fuerte abrazo Ángel
Somos felices de cosas pequeñas :-)
EliminarComo siempre, cada elemento en su lugar justo para que la composición resulte equilibrada y bella. Me gustó muchísimo esa pequeña línea de reflejos en la calzada.
ResponderEliminarGracias Luis, un abrazo
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