miércoles, 8 de diciembre de 2010

Todo camino tiene un fin







A las 5:30 abandonábamos el campamento de Wiñaywayna. La distancia que nos separa del Machu Picchu es ya corta y el objetivo era llegar con las primeras luces del día a la Puerta del Sol (IntiPunku), donde el espectáculo de los rayos incidiendo en los restos arqueológicos es sobrecogedor.
La ruta tocaba a su fin, aunque quizás el camino en sí no acabe nunca, tal vez sea éste el verdadero objetivo del trekking, la experiencia del camino, y la llegada al Machu Picchu sea tan sólo la anécdota, el broche final.
Según escribo estas líneas recuerdo cada instante, cada esfuerzo, cada alegría y cada pesar. Se que mereció la pena.