Un nuevo año es sinónimo, de nuevos y, normalmente, buenos propósitos. Para algunos será dejar de fumar de una puñetera vez; otros, sacar al perro tres veces al día (¡hombre!); muchos, comenzar ha hacer deporte y al menos continuarlo el primer mes (¡tú puedes!) y a la gran mayoría se nos pasa por la cabeza asaltar las entidades financieras y quemar las sedes de los mercados esos, aunque sólo son arrebatos (¿sólo?) ... yo me he propuesto comenzar el año despacio, sin prisa, tomarme las cosas con más calma, reflexionando, intentando dejar de un lado la visceralidad.
Espero que vuestros buenos propósitos para este nuevo año se cumplan.
Lugar de la toma: Madrid, octubre 2010.
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