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En Rosi la Loca puede suceder casi de todo. Por ejemplo que al ver una luz tan especial arrojada sobre un grupo de personas a la espera de poder acceder a este templo del turismo madrileño, me detenga por unos instantes, me mezcle con la gente que se apelotona en la entrada y busque el mejor encuadre posible para realizar un par de fotografías. Seguro que alguien se percata, seguro que me confunden con otro turista que pasa por la zona. Una sonrisa para calmar posibles desencuentros y seguir mi camino.
A veces uno tiene mucho coraje y mucha fe en su sonrisa. ;-)
ResponderEliminarCierto, por la luz valía la pena arriesgarse.
Aferradetes, Ángel.
Suelo practicar lo de sonreír una vez que hago la foto y siempre funciona
EliminarUn contraste muy acentuado de colorido, pero con un atractivo especial. Por supuesto, el "movimiento" que has captado, en una calle tan estrecha es espectacular!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
Un abrazo Josep
EliminarConozco este restaurante en el que tuve la oportunidad de disfrutar de su alocada carta y sus nada habituales platos y de toda una extraordinaria parafernalia en sus vajillas, copas y vasos. La luz de ese callejón es siempre una verdadera fantasía y tu la aprovechaste de perlas.
ResponderEliminarAbrazo
He pasado mil veces pero nunca hemos entrado. Me lo apunto
EliminarLas luces son muy interesantes y provienen del local, en donde todos están a punto de entrar.
ResponderEliminarUn abrazo.
La luz y el nombre son un todo
EliminarNo conozco el restaurante, pero lo apunto.
ResponderEliminarLa fotografía, maravillosa también. Un momento entre tantos que se dan en lugares de ocio para los más afortunados. Bullicio y ocio siempre son mezclas buenísimas para la fotografía.
Y no podía faltar el del móvil.
Yo lo conozco de pasar por allí pero nunca he comido allí
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