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Si, lo confieso, no camino por mis mejores días. Son demasiadas cosas las que me dan vueltas en la cabeza y mi situación laboral deja mucho que desear. Nada nuevo por otra parte, teniendo en cuanta como anda este país: depauperado, arrasado, carcomido hasta las entrañas.
Ya todos o casi todos lo sabéis. La terrible noticia de la muerte de Jan Puerta cayó como una avalancha en la alta montaña, solo el polvo que produce la nieve asfixia. Muchos compañeros blogueros dieron la noticia (gracias infinitas Merce), algunos se han sumado en sus espacios en un sentido homenaje y recuerdo. Gesto que os honra.
Si, lo sé, soy torpe, y me cuesta horrores encontrar las palabras justas en según qué momentos. Me siento ridículo y me veo incapaz de expresar lo que me come por dentro. Estoy más cómodo hablando en el lenguaje de las imágenes.
Ya todos o casi todos lo sabéis. La terrible noticia de la muerte de Jan Puerta cayó como una avalancha en la alta montaña, solo el polvo que produce la nieve asfixia. Muchos compañeros blogueros dieron la noticia (gracias infinitas Merce), algunos se han sumado en sus espacios en un sentido homenaje y recuerdo. Gesto que os honra.
Si, lo sé, soy torpe, y me cuesta horrores encontrar las palabras justas en según qué momentos. Me siento ridículo y me veo incapaz de expresar lo que me come por dentro. Estoy más cómodo hablando en el lenguaje de las imágenes.
Pienso que esta fotografía le hubiera gustado a Jan, incluso, dejando volar la imaginación, creo que echaría de menos el poder sentarse a conversar con el anciano delante de una buena taza de café.
Así lo quiero imaginar.
Así lo quiero imaginar.