Pasión por las cumbres

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Ushuaia, Tierra de Fuego.

Grafitti desde el fin del mundo

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La gráfica, la ilustración y cualquiera de sus formas (el graffiti lo es) maneja un lenguaje universal, un conjunto de volúmenes, composición y color que saltan desde los muros de cualquier ciudad, nos gritan y zarandean sin permitirnos permanecer indiferentes.
Fotografiado en Ushuaia, sur de Argentina.

Paredes de hielo

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Detalle del glaciar Perito Moreno.

Sencillo crepúsculo

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Bahía de Ushuaia, isla grande de Tierra de Fuego.

Frente al Lago Argentino

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Atardece en un frío día de invierno frente al lago Argentino.

Lagunas frente al Lago Argentino

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El tiempo comienza a mostrar signos de cambio, estos días me recuerdan momentos vividos hace apenas unos meses. En El Calafate, junto al Lago Argentino, el viento y el frío son intensos y el invierno austral parece no dar tregua.

A los pies del Perito Moreno

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Laguna de hielo

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En algún lugar dal norte de la isla grande de Tierra de Fuego.

Monte Fitz Roy

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La primera fotografía de este nuevo viaje por la Patagonia argentina, no podía ser otra que el Monte Fitz Roy (3405 m), en El Chaltén. Se renombró así (antes cerro Chaltén -en aonikenk o lengua tehuelche-) en honor al comandante del HMS Beagle, el barco del famoso viaje de Charles Darwin.

La tomé al amanecer, desde la Estancia El Pilar, lugar donde iniciábamos un treck que nos llevaría casi 5 horas, hasta alcanzar la laguna de Los Tres. Frío, viento, hielo y nieve, pero el sol lució todo el día. Inolvidable.

Atardecer patagónico

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Y el recorrido llega a su final, o tal vez tendría que decir a su inicio, porque alguna nueva toma de este inmenso lugar (de las realizadas en este viaje más reciente), iré subiendo al blog. Sin cansar y alternando con otras cosas, tal vez del día a día, e incluso fotografías pasadas que se han ido quedando almacenadas a la espera de encontrar el tiempo apropiado para publicarlas.

De vuelta a lo cotidiano, el reencuentro con el trabajo, con los espacios en la Red,… parece que hiciese toda una eternidad desde que iniciamos el viaje por la Patagonia argentina. Su inmensidad, la dureza de un paisaje austero y en ocasiones salvaje, me ha servido para relajarme, desconectar y olvidarme, incluso del móvil, que apenas lo encendía para usarlo como despertador. Lo he sentido como una necesidad, otra manera de sobrevivir a la crueldad que nos devora. Se simplifican los problemas, se distienden los ánimos, y se minimizan las afrentas. Y se añade un poquito de sabiduría a ese equipaje personal que arrastramos por nuestras vidas. Yo estoy convencido que moriré más sabio de lo que era cuando partí.

Si os apetece revisar la serie completa que he publicado durante el mes de agosto, podéis hacerlo pulsando en este enlace. Todas son fotografías tomadas en 2009, pero vueltas a revelar para la ocasión, con el estilo que creo mejor me comienza a definir, una intensidad de clara inspiración en las emulsiones clásicas, habituales en los reportajes de la época química de la fotografía, las mismas que en alguna ocasión utilicé. Aquellas Velvia, Sensia y Kodachrome para el color, y la Kodak T-max para el monocromo. Un juego sin más pretensión, una manera de mirar también.

Seguiremos por aquí.

Glaciar Perito Moreno

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Y sin embargo se mueve

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Cielo, agua, hielo y tierra

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Acerca de la inmensidad

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De una época helada

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Campo de hielo Patagónico Sur

Lucha de titanes

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Leones marinos cerca de Ushuaia

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Ushuaia, Tierra de Fuego

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Con un hasta siempre

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