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lunes, 30 de julio de 2012

El león que escupió agua



Escondido entre las sombras, entre calles olvidadas por las guías de turismo. Centenario y refrescante.

Lugar de la toma: Dubrovnik, Agosto 2011
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.

domingo, 25 de enero de 2009

Andén de cercanías (y IV)



Me marcho de la estación, al igual que lo hacen las sombras de los viajeros, perdiéndose entre los muros y el pavimento, entre la oscuridad de los túneles, sabiendo que fuera encontraré la luz, descubriré lo nuevo y dejaré atrás lo viejo. En busca del futuro, a buen seguro, más refrescante y limpio que este turbador y desproporcionadamente irracional presente.

Nikon D200. Objetivo 17-50 mm f/2,8G. Distancia focal 30 mm. Diafragma f/4,5. Velocidad de obturación 1/100s. Sensibilidad ISO 100.

martes, 25 de noviembre de 2008

Horario de misa



Puedo definirme como ateo, no beligerante, eso sí. Respetuoso con quién tiene creencias aunque yo no comparta, y siempre que respeten mi postura personal, claro está.

Tras esta aclaración, en este post la protagonista, de nuevo, es una fotografía que tiene que ver con el culto de la religión cristiana. La persona que aparece en la toma está consultando los horarios de misa. El lugar, una iglesia románica de Zamora. De mañana, la intensa luz que baña la entrada a la iglesia, contrasta con la penumbra de su interior. Tal vez, sin querer, refleje en cierto modo, el sentido de la religión, ese contraste de luz y sombra, de objetividad y subjetividad, lo divino y lo humano. O tan sólo el echo de creer o no creer, el acto de fe en sí, una línea muy marcada pero, a la vez, muy frágil.

Nikon D200. Objetivo 17-50mm F/2.8G. Distancia focal 50mm. Diafragma f/6.3. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 100.

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Qué inquieta a las sombras?



Caminan a nuestro lado, a nuestro ritmo, son parte de nosotros. Evidentes en días de pleno sol. Sutiles en días de frío invierno. Siempre presentes.

Me pregunto que les inquieta, siempre parecen ajenas a nuestros problemas, a nuestros conflictos personales. De algún modo se relacionan con otras, sin dificultad, se funden sin compromisos ni deberes, en silencio.

Sombras como las que ilustran esta fotografía, tomada en la escalinata del Museo Guggenheim de Bilbao. Sombras de algún paseante que han quedado atrapadas por la emulsión de la película de blanco y negro.

Nikon FM2. Película de blanco y negro T-Max de Kodak. Objetivo fijo de 50 mm. Enfoque manual.