viernes, 12 de noviembre de 2010

Tres cruces




Cruzar la Raya, el límite entre Puno y Cuzco, supone dejar atrás, poco a poco, el Altiplano. La carretera polvorienta que se adentra en el interior del Perú, descendiendo con suavidad, nos descubre un paisaje diferente. El intenso frío del norte de Chile y Bolivia dejó paso en el Titicaca, a días más soleados y llevaderos. Durante el trayecto por el Valle Sagrado hacia Cuzco, estas sensaciones serían más evidentes. Las paradas son cortas, el tiempo justo para estirar las piernas paseando por la soleada plaza de algún pueblo o descubrir un yacimiento inca. La sensación de que algo se queda atrás, en el camino, es intensa.

Lugar de la toma: Perú, agosto 2010.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.