sábado, 8 de septiembre de 2012

Con las primeras luces



La mejor manera de esquivar los cientos de turistas que entran a diario en la ciudadela de Dubrovnik: madrugar un poco.

La luz de la costa Dálmata procura una claridad e intensidad sorprendentes, poniendo a prueba lentes, filtros y sensores digitales.

Recorrer sus calles casi en solitario, permite evocar el tiempo, recrearnos en las formas y si somos pacientes, escuchar las historias de los edificios de la ciudad, que sus piedras cargadas de años, murmuran entre la suave brisa del mar.

Lugar de la toma: Dubrovnik, Agosto 2011
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.