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Rincones del viejo Madrid que guardan todo su sabor. Rincones que suelo frecuentar no sin una cierta desazón, esperando que aún todo siga ahí, como ha venido siendo en los últimos 50 años. Como mínimo. Y volver sobre ellos antes de que una enésima remodelación acabe con otro edificio, cierre un local, o se venga abajo otro negocio. De los de siempre. Madrid se ha convertido en ciudad de las franquicias y de la modernidad del negocio basura para guiris. Diferentes gobiernos municipales han pasado, pero ninguno ha entendido la importancia de preservar la originalidad necesaria de la ciudad, su autenticidad.
Precioso. Un rincón con un ambiente de soledad pero con evidencias de la presencia de seres humanos (sofá, graffitis).
ResponderEliminarun abrazo
Aunque la imagen tiene mucho de denuncia del estado de las calles de nuestras ciudades, la verdad es que los colores te han quedado muy bien
ResponderEliminarSome lovely street art...
ResponderEliminarUn Madrid que se extiende por calles como esta y otras muchas por la que paseo a diario buscando, como tu esos rincones llenos de historia y que hoy debido al nuevo urbanismo, nos parecen inexistentes pero, que están ahí embelleciendo Madrid. Me encanta como lo has contado con esta extraordinaria foto. Un abrazo Ángel
ResponderEliminarMe encanta el procesado lúgubre, para realzar la sensación de abandono del lugar.
ResponderEliminarEnhorabuena, Angel.
Abrazo.
Me gustaria pensar que esta libreria está todavia abierta.
ResponderEliminarEl sillón abandonado no deja de ser un buen lugar para esperar que alcen la persiana.
Excelente retrato de lo que fueron las grandes ciudades y que, sin saber como, han dejado de ser.
Un fuerte abrazo Ángel
Madrid y muchas ciudades se han convertido como tú dices en ciudades de franquicias, es una pena, La fotografia como siempre muy buena.
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