Siempre he considerado que viajar es de alguna manera como trasladarse a través del tiempo. Con tan sólo dejarte llevar por la dinámica de pasear por una ciudad desconocida, sin prisa, sin un objetivo concreto, sólo por el placer de observar, tan sólo esto es ya una forma de transportarte en el tiempo, en un tiempo que no pertenece al viajero, sino al lugar que se visita, a sus gentes. Pero si además ese lugar nos regala una imagen del pasado, por ejemplo de comienzos del siglo XX, y llegas a poder capturar el instante, entonces ese día ya eres feliz.
Por supuesto la ciudad es Dublín, y la imagen pertenece a una escenificación para una película que rodaban en ese preciso instante. Magnífico, ¡qué placer es fotografiar!.
Nikon D200. Objetivo 70-200 mm f/2,8G. Distancia focal 150 mm. Diafragma f/2,8. Velocidad de obturación 1/125s. Sensibilidad ISO 320.