
Es increíble el vértigo que produce una mirada fugaz, desde la azotea hacia abajo, hacia el patio interior, donde casi pierde la razón de ser un edificio de gobierno. Allí abajo se intuye un lema marcado en sus entrañas, Der Bevölkerung (“la población”), como continuación natural de Dem Deutschen Volke, "al pueblo alemán", que preside el frontón de entrada, y es allí donde me doy cuenta de su esencia.
Si, es cierto, efectivamente nadie puede negar sus aires de grandeza y escrupulosa perfección alemana, pero tampoco su bondad y amabilidad, siempre manifiesta con el viajero que busque inmortalizar alguno de sus rincones más curiosos.
Me encuentro cómodo, la luz y la suave brisa acompañan y casi acunan la visita, tan sólo hay que preocuparse de pensar..., de pensar y fotografiar.
Nikon D200. Objetivo 12-24 mm f/4G. Focal 12 mm. Diafragma f/7,1. Obturación 1/125s. ISO 100.