Un amanecer siempre es un amanecer. Lo que sucede es que hay lugares donde se disfruta más. Mejor reales y no virtuales, casi siempre en la naturaleza y aún mejor si despiertas después de pasar la noche en medio de la montaña. Pura subjetividad, claro, pero la percepción personal cuenta, y mucho. En cualquier caso coincidiréis conmigo en que hay lujos que cuestan bien poco.