martes, 8 de septiembre de 2009

Torres del Paine



Vista panorámica desde la laguna Honda



Anochece en la estancia-hostería Las Torres


Las Torres del Paine nos recibió en medio de una ventisca de frío y nieve.

El camino fue una tortura. El todo terreno sorteaba las placas de hielo y los agujeros en la pista de ripio con fortuna dispar. Los limpiaparabrisas no daban a basto y el camino tan sólo se adivinaba. Según nos acercábamos a la estancia-hostería Las Torres, la tormenta fue amainando, hasta quedar en una leve nevada intermitente.

Reencontrarnos con las cumbres, en medio de un paisaje cubierto de un manto blanco, fue algo que difícilmente se puede explicar con palabras.

Hacía ya 5 años que habíamos visitado este parque de montaña, en aquella ocasión accediendo desde el puerto chileno de Puerto Natales. Por aquel entonces el ferry que nos debía bajar desde Puerto Mont, en la zona de los lagos chilena, llegó con tres días de retraso y nuestra estancia en el Parque se redujo más de lo recomendable.
Pero ahora teníamos la satisfacción del reencuentro, sabedores que en los próximos cinco días, la montaña nos regalaría sus mejores sensaciones. Todo estaba ahí, al alcance de la mano, tan sólo quedaba tomarlo, con pasión, pero también con respeto. Esos días quedarán grabados para siempre en nuestros recuerdos.

Si queréis saber algo más del Parque Nacional Torres del Paine, podéis pinchar aquí.