miércoles, 29 de febrero de 2012

Mi estudio



No es fácil hablar de uno mismo, tal vez tenga un excesivo sentido del ridículo. No lo sé.
Pero si que me gusta hablar de fotografía.

Entiendo la fotografía como una pasión, compulsiva e indomable a veces, tranquila y reflexiva en otras ocasiones. Una manera de interpretar y comunicar siempre. Por eso para mi es muy importante el lugar donde reviso, proceso y revelo las fotografías. Un rincón reducido pero muy especial.

Mi mesa es un caos ordenado. Repleta de recuerdos de viajes, fetiches todos, lápices de colores, libretas con notas, recortes de revista y prensa, fotografías impresas, folletos de exposiciones ...

Me gusta tener una cámara fotográfica cerca, moderna o antigua da igual, la coloco sobre la mesa al lado de las notas y del teclado. No sabría explicar porqué.

En la estantería se amontonan los libros de viaje, las guías de montaña, revistas y libros de fotografía y diseño, objetos varios, más fotografías y muchos recuerdos. Todo más o menos en un orden lógico, pero siempre a mano, por si hubiera que consultar algo.

Prefiero las tardes de domingo y las noches. Entre semana intento reservar unos minutos para revisar alguna toma antes de acostarme. Me gusta trabajar con poca luz, apenas la  luz de una lámpara de mesa que alumbre el teclado y los papeles donde tomo notas. Si, ya se que no es lo mejor para la vista, bueno tampoco lo tengo muy claro, tal vez no podría trabajar de otra manera, incluso cuando me siento alguna mañana de domingo, suelo bajar la persiana, dejando apenas un hilo de luz. Supongo que son manías, todos las tenemos.

Y siempre con la música sonando por dos buenos altavoces conectados al ordenador. Mientras escribo esta entrada suena una mezcla de Jaques Brel y Dominique A. Es una parte de mi vida, como la fotografía.

Lugar de la toma: Madrid. Febrero 2012.
Puedes ver la fotografía a pantalla completa haciendo “clic” sobre ella.