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Hacía tiempo que no madrugaba para perderme entre las calles del Rastro madrileño. A esas horas la luz es todavía rasante y se desliza perezosa entre las frías paredes, formando una combinación perfecta entre colores vivos y sombras intensas. Luego solo queda dejar pasar el tiempo, paseando sin rumbo fijo pero con mirada siempre atenta. Por un tiempo se mezclan las miradas, las sensaciones y los pensamientos, todo en uno, sencillez y complejidad sin orden aparente, tan solo la certeza de vivir un momento feliz.
foto ecelente. como dices los colores estan vivos y las sombras intensas. muy bonito.
ResponderEliminarademás, en esa foto veo dos, una con coche y una sin
un abrazo
Y además el rojo, con el coche y sus reflejos en primer plano y el cartel, más sucio y envejecido, enmarcan al hombre que pasa tiritando por el objetivo.
ResponderEliminarFeliz semana, Angel.
Me alegra que lo hayas disfrutado !!!
ResponderEliminarLa imagen incide plenamente en lo que dicen tus palabras.
Un abrazo, Ángel.
Veo que en Madrid si que ha refrescado. A abrigarse toca aunque por poco tiempo.
ResponderEliminarEn B/N habria estado bien, però perderiamos ese rabioso rojo tan atractivo y bien buscado. La sombra, impagable!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ángel
Esta si que pide color a tope Ángel. Me gusta como has situado ese cartel en el que puede leerse "hogar"
ResponderEliminarUn abrazo
Preciosos rojos.
ResponderEliminarUn abrazo
Agustín.
Excelente.
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