
Tengo que reconocer que me privan las fotografías con cierto desorden. No es que me guste la desorganización, soy un tío muy organizadito, o al menos eso creo yo. Lo que sucede es que fotografiar lugares o situaciones que reflejan ese desorden, un poquito de caos o algo de abandono, es como elegir el instante de algo, que posiblemente nunca se repita, y congelarlo para siempre en el momento preciso que me llamó la atención. No voy a tirarme el "rollo" porque esto sucede en contadas ocasiones.
Se que son percepciones muy subjetivas y que posiblemente a muchos de vosotros no os parezcan demasiado relevantes. En cualquier caso, a la fotografía que protagoniza la entrada de hoy, la tengo un cariño especial. Los personajes descolocados, cierta desorganización y mucha improvisación. Está tomada en Santiago de Cuba con la primera reflex analógica que tuve, de cuya marca prefiero no acordarme.
Me vais a disculpar, pero los datos de la toma, ... ni idea.