
En Avenida Corrientes pasábamos algunas horas todos los días, de una tienda de discos a otra y de allí a las librerías, rebuscando entre compactos, vinilos polvorientos y viejas novelas, algún recuerdo, tal vez una simple postal, algo que me hiciera entender la pasión porteña por el Tango.
Hablar de Tango es hablar de Buenos Aires, claro, de San Telmo, en cuya plaza Dorrego está tomada la fotografía del post de hoy, es hablar de pasión, de historia, de vitalidad, de drama... mezcla el combinado y saboréalo pausadamente, hasta que se impregne todo el paladar de sus esencias.
Después tan sólo déjate llevar por su melodía, escucha el bandoneón, el violín, el piano, ... una voz, una buena voz, entonces lo comprendes.
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Nikon D200. Objetivo 17-50 f/2,8G. Focal 50 mm. Diafragma f/6,3. Obturación 1/100s. ISO 100.