Una de las cosas que más me agradan es una buena charla con el aroma del mejor café.
Y es que los cafés son lugares con una atracción muy especial, únicos algunos.
Este café del barrio de Buda, con un horario muy ajustado, estaba instalado en la entrada (bastante amplia, eso sí) de un edificio de vecinos. A los porteros de la finca les dejan llevar el negocio y la portería ejerce de barra de bar y mostrador donde servir café, té, cerveza y poco más. Ah si, las tartas no tenían desperdicio, buenísimas.
50 mm f/1,6. 1/125 seg. ISO 100
Lugar de la toma: Budapest, Agosto 2011
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