lunes, 8 de septiembre de 2014

El puesto de fruta


-
Manhattan, Nueva York, 2013
Tomar la fotografía a través de la ventana de una cafetería, o incluso la ventanilla de un coche, procura instantáneas diferentes, donde los espacios amplios con tonos planos, juegan un papel fundamental. Por una parte transmiten la sensación de lo fugaz y ese componente de indiscreción tan interesante. Por otro acercan la fotografía a la abstracción en pintura, donde las masas de tonos planos suelen superponerse. Además añaden las imperfecciones del propio cristal, creando texturas que suelen ser muy atractivas.