En la primera curva del camino pueden estar los indicios de lo que me encontraré más adelante. Cada repecho es una incógnita, cada curva un mundo por descubrir y cada detalle una distracción en los pensamientos que invaden mi cabeza mientras camino. No son cosas trascendentales, tan solo divagaciones que me permiten soñar entre cuesta y cuesta, olvidar el cansancio y el peso de la mochila por un rato y perderme imaginando las mil razones de cada uno de esos detalles. Tanto y tan poco.