Espacios urbanos intervenidos para hacernos reaccionar y obligarnos a posicionarnos. Antes el arte, el arte urbano, era eso: algo así como un puñetazo en un ojo buscando la complicidad o el rechazo, pero siempre con la intención de hacernos pensar. Quizás esa intencionalidad social vuelva cualquier día de estos. Mientras espero siempre quedará el sonido de la fotografía urbana en blanco y negro.