Algo tiene el color rojo que de inmediato me traslada a las fiestas de Navidad. Por lo pronto es un color con inmensa fuerza, intenso, dramático, pasional y vibrante. Supongo que la asociación con la Navidad tiene algo que ver con la publicidad y las costumbres sociales, algo incrustado en la psique a fuerza de campañas año tras año. Tampoco le doy mayor trascendencia y me dejo llevar por las posibilidades del color. Asociarlo, retorcerlo, contrastarlo hasta que explota en mil posibilidades todas ellas interesantes.